Resurgiendo como el ave fénix. Así se siente Emma Guerrero, la actriz guayaquileña que se vio obligada a frenar su carrera artística, desde hace dos años, cuando difundieron sin su autorización su material íntimo.

Su miedo a sonreír va disminuyendo, sus bromas van apareciendo, y aquella espontaneidad que la caracterizaba está aflorando sobre el escenario del programa ‘Soy el mejor’. Este espacio la hizo regresar a la TV y, asegura, hizo que cierre ese capítulo pasado que la llevó a la depresión.

La actriz cuenta cómo a través de la ayuda social en la competencia de baile y los diversos ensayos han hecho que hoy su semblante cambie.

Sorprendió que acepte ser parte de un programa de baile...

Después de la pandemia y tantas cosas, regreso. Recibí la propuesta de Christian Rodríguez (productor) para ingresar a la temporada pasada, pero ya estaba embarazada. Pensamos que sería parto natural y que quizá podía ingresar después, pero no fue así.

No baila, ¿le está costando la competencia?

Tengo dislexia, empezando por ahí. Para no equivocarme aplico la fe en Dios porque no sé cómo más hacer. Ahora me robo a mi bailarín una hora en la noche para ensayar más. Nos dan una hora al día (siete días de la semana). Estoy ayudando a Lourdes, una madre soltera con tres hijos, que vive en el Guasmo sur en una casa con piso de tierra. Gana 120 dólares mensuales para solventar todo su hogar. Sus hijos no estudiaron porque no tenían ni para el Internet.

La semana pasada tuvo su primera presentación y se la notó nostálgica...

Estuve sensible y había gente que me recordaba lo que había pasado (video). Por eso dije: “hoy que me presento, corto todo y para mí es un nuevo comienzo”. Por mi lado será la última vez que hablo del tema. Para mí, pasó y si no me acuerdo no pasó. Están viendo a la Emma de siempre, no una nueva, solo aquella que se estaba escondiendo por vergüenza.

Dijo algo que dejó pensando a más de uno...

“Pensé que mi carrera había terminado”. Era algo que de verdad me pasó, y de cierta manera, las personas que hicieron esto, lo hicieron con el fin de que se me haga complicado salir adelante. Hasta cierto punto lo lograron. Entré en un cuadro de depresión muy grande del que salí gracias a Dios, a mis padres y mi esposo. Pero ya pasó. Entender eso completamente es complicado, pero tuve un proceso. Tomar la decisión de volver fue dura porque quizá iban a existir críticas en las redes sociales, pero me dije ¡basta!

Recibió buenas críticas de los jueces y el público la apoyó con más de 5.000 votos...

La gente dirá lo que tenga por dentro. Puse mi foco de atención hacia donde me quiero proyectar y no darle importancia a los comentarios soeces. Tenía mis redes sociales en las que me catalogaban como influencer, pero ya no hago contenido como antes, por el mismo temor de los comentarios. Ahora pude ser Emma Guerrero por fin. Vieron mi actitud, mi carisma, mi alegría y el jurado me calificó por todo eso. Sentí que volví a ser yo.

¿Continuará con la actuación?

Depende mucho de las producciones que hayan en el país. En Ecuador no hay muchos canales, pero tengo en mente irme a otro país. Hay papeles que se están haciendo para buscar otros horizontes, ya que aquí recién estamos saliendo de la pandemia. Estoy tomando clases con Carolina Piechestein, y el programa también me sirve por la puesta escénica. Todo se pone en su lugar para hacer lo que en verdad me gusta: la actuación.

¿Se iría con su familia si le sale un proyecto en otro país?

Ya está hablado. Mi esposo (Fernando Zúñiga) es un hombre que me apoya mucho y si sale algo, nos vamos como nómadas. Lo más bonito es que en dos meses la niña (su hija) cumple su primer año.

¿Cómo va con su cirugía?

Me hice una liposucción y recién tengo un mes. Aún me falta sanar. Tenía grasa localizada porque di a luz a la niña y entonces me animé a hacérmela.