‘María’ (identidad protegida) aún recuerda con horror la noche del 22 de febrero de 2025, cuando su vida cambió para siempre. “Escuché que entraron cuatro hombres armados y gritaron ‘¡Maten a todos!’. Corrí al interior de la casa y luego escuché los disparos”, relata con la voz temblorosa. Ella se salvó de morir, ya que los sicarios, al parecer, decidieron perdonarle la vida.

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Fue alrededor de las 23:11, según informes policiales, cuando un grupo de criminales ingresó de manera violenta, rompiendo las cerraduras de las puertas, a una casa en el sector San Jorge Alto, del barrio 26 de Febrero, ubicado al sur de Esmeraldas.

Una vez adentro, los sujetos dispararon sus armas de fuego sin piedad contra Brayan Navarrete, de 29 años, y su padre, Hugo Navarrete, de 61, quien era dirigente barrial.

El informe policial describe una escena dantesca. Al llegar al lugar, los agentes encontraron a dos hombres tendidos en el suelo, sobre sangre y con múltiples disparos en sus cuerpos. Las vainas percutidas esparcidas por el suelo, quedaron como testigos de la brutalidad del ataque.

Mujer se escondió

‘María’, quien se encontraba en el domicilio durante el ataque, relata lo sucedido. “No sé por qué me dejaron vivir. Solo sé que corrí y me escondí”, dice, visiblemente afectada. “No tengo idea de quiénes fueron ni por qué hicieron esto”, enfatiza.

Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este atroz crimen; sin embargo, la falta de testigos dispuestos a hablar complica la situación. Los vecinos, aunque escucharon los disparos, optaron por ocultarse, por temor a represalias.

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