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Farándula
Daniel Flores, de músico a carpintero
El cantante prefiere dedicarse a cortar madera y hacer muebles antes que aceptar que le paguen 2 o 3 ‘gambas’
por un show. Hace valer su trayectoria
Resabiado, le dirán algunos. Pero para Daniel Flores negarse a recibir 200 ‘latas’ por un show por el que antes tranquilamente podía ganar 1.500 dólares, es darle valor a su trayectoria de más de 50 años en la música.
En estos tiempos en los que la actividad artística está de ‘picada’ por el Covid, él prefiere emplear su tiempo en una afición que lo apasiona desde su juventud, la carpintería, antes que recibir ese pago por cantar.
Se lo identifica como El Errante por haber sido la voz del grupo Los Errantes de gran éxito en los años 70, la cual formó con sus compañeros del colegio Eloy Alfaro.
¿Desde cuándo tiene ese gusto por la carpintería?
Mi padre era ebanista de caché, de lujo. Aprendí desde chico a trabajar con la madera, pero más pudo la música. Desde la pandemia, que estaba sin hacer nada, comencé a hacer muebles. La primera ‘cliente’ fue mi hija Lila, a quien le hice una mesa.
¿Qué más ha fabricado?
Hago sillas, mesas, anaqueles, restauro muebles y he hecho varios instrumentos musicales para mi orquesta. Eso me ayuda a estar activo, además, tengo los conocimientos y me gusta.
¿Y qué tal los ingresos?
No, nada. Lo hago para la familia y los amigos, pero no cobro nada. Es un hobby para mí, porque los shows han mermado y si los hay, quieren pagar muy poco o dar tontería.
¿Cuánto es muy poco?
Prefiero estar haciendo muebles e instrumentos musicales, antes de aceptar 200 o 300 dólares.
¿No cobra ni a los amigos algo al menos?
Ellos ponen los materiales y todo lo que se necesita, pero nada más. No necesito. No tomo ni fumo y me he mantenido alejado de los vicios. He sabido aprovechar y ahorrar en los momentos de abundancia.
Además de solista usted también canta en una agrupación tropical...
Cuando se terminaron Los Errantes debí seguir con otros integrantes, pero preferí hacerlo como solista. Ahí también me sumé como vocalista a la orquesta La Unión y después con Blacio Jr. Actualmente sigo con mi orquesta Unión Latina, pero asimismo, no hay muchas presentaciones.
¿Cómo fue ese paso de la música romántica a la tropical?
El artista que sabe cantar, canta de todo y eso fue lo que hice.
¿Con el tiempo ha bajado el tono de su voz?
Muchos artistas dicen que no, pero eso es falso. El tiempo es implacable y afecta todo el cuerpo humano y también a la voz. A mí se me escucha ‘igual’, porque he ido bajando el tono y eso pasa desapercibido para la gente.
¿Con los años qué más ha ido bajando?
Las manos (risas), pero jamás las ganas de seguir haciendo música. Añoro subirme a un escenario. Ahí revivo, porque estar encerrado en la casa, sin hacer música, no es lo mío.