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Farándula
Cristina Reyes: “Ahora soy una rebelde con causa”
La parlamentaria andina cuenta que no le gusta la gente ‘acartonada’. Afirma que es necesario alzar la voz frente a los problemas actuales del país.
Cristina Reyes asegura ser una mujer sencilla y descomplicada, incluso, prefiere salir con una camiseta de Barcelona y unos jeans. No le gustan las personas acartonadas y, peor aún, la hipocresía diplomática.
La segunda vicepresidenta del Partido Social Cristiano, actual parlamentaria andina, exconcejala de Guayaquil, exasambleísta por Guayas y exlegisladora nacional, de 40 años, se describe como soñadora y valiente. También dice que es rebelde, aunque eso ha ido cambiando, ya que de adolescente era una rebelde si causa, pero actualmente tiene muchas por las cuales serlo.
El proyecto de vacunación fue una de las prioridades del actual Gobierno, pero ¿y el resto?
No solo es doloroso por los sectores en los que se ha involucrado la corrupción, sino que ya llega a la indignación y rabia de los ciudadanos. No es posible que el sistema sea permisivo con las redes de corrupción y las mafias hospitalarias. Hay preocupación con la creación de más impuestos que afecten a la clase media. Sé que no se hace magia en 4 meses, pero se puede marcar una de hoja de ruta.
El excesivo precio de los desayunos en la Asamblea que llegaron a costar hasta 50 dólares...
Creo que ya se recibe (un asambleísta) un salario público que es suficiente para la actividad que se realiza. Pretender sacar beneficios y tener privilegios no es consciente con la realidad que tiene la gente. Rechazo esta clase de contrataciones que están desconectadas con la realidad.
¿Comió uno de los desayunos?
En mi época, el desayuno costaba 3 dólares. Por eso es que no entiendo el contrato. Alrededor de la Asamblea hay muchos locales que viven de esta dinámica. Los desayunos son económicos y encuentras: fruta, café, bolón. El último año que estuve ahí hicieron un comedor (...) Comprendo que esta desfachatada idea de contratar almuerzos y desayunos cause tanta indignación.
Se considera una mujer empoderada, y con eso, ahora está formando a más mujeres...
Es una obligación ética generar espacios de formación política, de liderazgo político, transformacional e inspiracional en las mujeres de nuestro país. Hemos estado en talleres de emprendimientos con mujeres en condiciones de pobreza extrema.
Todavía se habla de un machismo en la sociedad...
A ellos les molesta más una mujer que se desnuda como símbolo de rabia por un sistema opresor, que una mujer que amanece en una cuneta descuartizada por su pareja. No podemos mirar a otro lado y decir ‘exageradas’, peor los ignorantes que intentan llamar ‘feminazis’ a las feministas y me incluyo porque estoy en el grupo que busca la igualdad. El cambio siempre tiene enemigos, pero hay que hacerles frente.
¿Cómo mujer le costó llegar a la política? ¿Vivió ese machismo?
Sí. Ganarse el respeto es algo en lo que uno debe trabajar todos los días, pero es cierto que a las mujeres nos señalan con mayor dureza, nos juzgan de una forma tan a la ligera, por eso muchas no quieren entrar en estos terrenos (de la política). Te señalan por la vestimenta, por la apariencia física, por la vida personal, se inventan rumores para intentar denigrarte o humillarte, desvalorizan el esfuerzo y preparación y alegan que hay un hombre poderoso ‘promoviéndote’.
Este año se iba a lanzar como presidenta del país, ¿se quedó con las ganas de serlo?
Todo es un proceso, el lograr lo inédito o lo que para algunos es imposible. Para mí, hay un norte como dice Dalái Lama (líder budista), ‘el futuro será femenino’.
¿Eso quiere decir que no descarta la presidencia?
Eso delo por firmado.
¿Y no piensa en una alcaldía?
Quienes hacemos carrera política estamos claros de que es una plataforma de servicio (...) Al final del día, cuando uno actúa de manera correcta y honesta, las puertas se abren y la gente incluso te mira en otros espacios que tú no te imaginabas. Para mí, el futuro se construirá en función de lo que los ciudadanos esperan y pidan de mí.
¿Por la política debe ser acartonada?
Soy súper sencilla en mi presentación, en mi forma de ser y en la vida, incluso prefiero ponerme la camiseta de Barcelona y unos jeans. Qué feo andar por la vida acartonado. Obvio que hay situaciones en las que hay que guardar ciertas formas, pero hay que quitarnos tanto peso de encima de la apariencia.
Pero en redes sociales seguro la criticarían por su look...
El odio en redes se ha convertido en un veneno que muchos han tomado. Las personas inteligentes debemos tener una visión más profunda. Me enoja cuando se creen con el derecho de opinar sobre tu cuerpo. No se me ocurriría no ser gentil con alguien que se está mostrando como es.
Tanto así que ahora comparte con la comunidad de TikTok donde tiene 148.000 seguidores
Aunque la gente no lo crea, soy bastante tímida. Tengo atrevimiento y soy avezada cuando se trata de compartir con la gente o cuando es un escenario en lo público. Cuando estoy en reuniones sociales no me gusta que me saquen a bailar porque me da vergüenza.
¿No le hace al baile?
Reconozco que bailo horrible, pero en TikTok lo hago desde septiembre del año pasado y es la red que creció con mayor rapidez. Muestro un lado más natural y sin poses. Las personas inteligentes saben que el humor debe ser un puntal en la vida.
¿Bebida favorita?
El vino blanco heladito.
¿Con quién de la política se lo tomaría?
Me lo he tomado con algunos compañeros en las poquísimas ocasiones que pudimos compartir. Lo hicimos Jeannine Cruz y Lourdes Cuesta, mis amigas de la Asamblea.
¿Lo que más le agrada de una persona?
Su autenticidad y la capacidad de ver la vida, a pesar de las circunstancias difíciles.
¿Lo que le enoja?
La hipocresía, sobre todo las diplomáticas.
¿Una locura por amor?
A mi novio actual le escribí poesía cuando vivíamos una situación complicada donde no podíamos estar juntos por tonterías de los dos. Puse el poema en un libro que una amiga se lo llevó a Colombia y tuve que ir a buscarlo y lo llamé ‘poema del libro perdido’.
Su rebeldía...
Cuando uno es joven dicen que es rebelde sin causa, ahora soy rebelde con causa. Ahora veo situaciones del país que te hacen alzar la voz.
Su boda será el próximo año, en Manabí
Aunque su novio, el empresario Patrick Mitaz es de Quito y ella de Guayaquil, ambos decidieron buscar un punto de encuentro para realizar la boda. En Manabí se realizará el matrimonio civil y un mes después el eclesiástico en Quito.
Cristina quiere que todo sea al contrario, en la civil ‘tirará la casa por la ventana’ y lucirá un vestido rojo, que en la cultura oriental significa amor, pasión y buenas energías. La elaboración estará a cargo de la diseñadora Karla González, que hará algo sencillo, bohemio y romántico, ya que la novia no quiere nada extravagante.
Por otra parte, el vestido de su boda eclesiástica será blanco, guardando la tradición católica y la ceremonia será en una capilla con un máximo de 20 personas.
“Nada de lo que he vivido en relaciones pasadas se compara con lo que de ahora. Él es extremadamente especial, noble, con amor a la vida, a la familia y tiene buenos sentimientos con las personas. Él no es un personaje público y no le interesa serlo. No subí fotos de mi novio a redes sociales porque la política es compleja y las redes también, porque es como un tribunal en el que las personas se meten a opinar en todo contexto. No quiero exponer a mi futuro esposo porque el personaje publico soy yo, no él. No va a haber mayor exposición que la pedida de mano”, menciona.
Mencionó que en la boda civil, en la cual hará la respectiva fiesta, habrá bocaditos manabitas, comida típica de la provincia, y el respectivo ‘traguito’ para celebrar. También contratarán a una banda musical (aún no sabe quién) para animar el ambiente de la tarde-noche.