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"Veredas estadio", la moda de la final 2020
Los que no tenían señal de televisión se fueron donde los vecinos que sacaron su TV fuera de la casa para ver el partido
La primera final de la LigaPro, que se jugó sin público, sirvió para unir a la familia, a los amigos, a los vecinos y hasta los que no se llevaban, frente al televisor.
En el Guasmo Norte, sur de Guayaquil, son las 19:30 y los que tienen la señal de televisión poco a poco van sacando sus 'megatelevisores', la mayoría va de las 50 pulgadas para arriba.
Los vecinos traen las sillas, hay banderas, vuvuzelas y hasta apuestas. Es la fiesta del fútbol lejos del Monumental. Las veredas de los barrios se convierten en una especie de ‘Monumental chiquito’.
Unidos por el fútbol
Es hora de ver a Barcelona y las veredas ya tienen sus ‘tribunas’. Miguel Arana, un líder comunitario del Guasmo Norte, es más barcelonista que el mismo presidente Alfaro Moreno.
Se ha tomado en serio la final. Viste de amarillo, tiene una vuvuzela en su mano y desde su teléfono sale la música de Barcelona.
“Cuando podíamos ir al estadio, nos íbamos, pero ahora no se puede. Para eso están los amigos que sacan sus televisores. El fútbol es vida y es lo que nos da alegría a todos. Esto de ver los partidos en las veredas hasta ha servido para que los que no se llevaban se den la mano”, expresa Arana.
CON TODO
Las sillas de plástico están separadas. Las banderas flamean. El sonido de la transmisión es como si se estuviera en el estadio.
En muchos de los callejones se cierra el tránsito para dar paso a la tribuna. Unos hasta llevan el plato de comida, la idea es no perderse ni un minuto la transmisión del partido.
El problema entre Damián Díaz y Junior Sornoza aquí se lo relata de otra forma. “No te dejes, Kitu, dale con todo”, dice un aficionado, mientras de atrás un joven le grita: “se están dando, tranquilo que Sornoza es manaba y no se deja”.
Así se ‘analiza’ el fútbol en la ‘Vereda-estadio’, al sur de Guayaquil.
La transmisión hace que la voz del narrador llegue hasta las casas de quienes no les gusta el fútbol. Así se vive el drama de la primera final de la LigaPro en el Guasmo Norte, a tres cuadras de la av. Barcelona.
A IR AL BAÑO Y A COMER
El tiempo de descanso es aprovechado al máximo. Unos corren a sus casas para ir al baño, otros a buscar qué tomar. A los que les da pereza y tienen confianza con los dueños de casa piden, en cambio, que les ‘presten’ el baño.
Pero también salen los analistas del fútbol, hablando del planteamiento de Pablo Repetto y de lo que hace Fabián Bustos. Hasta comentan sobre el corte de pelo de Darío Aimar. “Ese pana se cortó el pelo o se quemó, qué mismo se hizo”, pregunta con un tono burlesco Javier, un hincha amarillo que dice que no hay para los regalos de Navidad, pero que si el equipo queda campeón hasta se olvida de las deudas.
ES UNA FIESTA
Aquí el fútbol y no tener la señal de televisión une a la gente, Fernando Guerra Panamá es licenciado en periodismo y vive en el Guasmo Norte, dice que cada partido es una fiesta: “Aquí no solo es la novelería del fútbol, va más allá. Está la parte social, es como somos los ecuatorianos, gente solidaria que si puede darle al que no tiene que comer, lo hace”. Hay televisores en cada cuadra, pero eso significa que son solidarios con el prójimo. “Que le dan gratis lo que más ama que es el fútbol”, expresó Guerra, que salió con su bandera amarilla.
Ahora hay que esperar hasta el martes 29 de diciembre. Las veredas del Guasmo y muchas partes del país se hacen palco. Es el fútbol y la 'chirez' que provocan esta unión. Es nuestra gente buscando alegrías que solo les puede dar la pelota. Es el ‘Monumental chiquito’ por todas partes de Guayaquil.