Tres años han pasado desde que unos peloteros de Ecuador sorprendieron al mundo y de la mano de Francisco Palma llevaron al país a su primer Mundial de Fútbol Playa, en Bahamas.

Su entrenador es un profesor manabita, que logró un sueño para quienes juegan en la playa por placer, porque este deporte no da dinero en Ecuador, solo alegrías para el alma.

Luego Palma salió de la Tricolor y hoy ha regresado con todas las ganas. EXTRA conversó con el entrenador.

¿Qué recuerda del Mundial de Playa?

La convivencia durante dos semanas con selecciones de otros continentes, otras culturas y ver flamear a mi bandera y escuchar el himno de mi país por primera vez en un Mundial de Fútbol Playa.

¿Eso lo soñó o cómo fue?

Desde el 2015 se me dio la oportunidad para ser técnico de la selección, gracias a la confianza del economista José Delgado, presidente de Delfín. Comencé a soñar y a tener la seguridad de que junto a ese grupo de humildes jugadores lograríamos estar en una cita mundialista.

Un Mundial lo marca para toda la vida.

En la historia estarán nuestros nombres por ser los primeros ecuatorianos en disputar un evento de este tipo.

¿Desde cuándo en el fútbol playa?

Desde 1990, pero el antiguo fútbol playa que calificó como fútbol en la playa, que es distinto desde 2010, con los torneos que se realizan en Manta en época de carnaval y Semana Santa. En la selección comencé mi trajinar desde el 2011 como asistente y de a poco tuve esa experiencia y roce para enfrentar los desafíos que se me presentaban en la vida.

¿Cómo hacen al no tener apoyo económico en este deporte?

En la actualidad los directivos de la FEF apoyan y existe una comisión de fútbol playa con 5 integrantes, quienes se preocupan y planifican acciones para fortalecer la disciplina. Tenemos una Liga Nacional con su torneo de apertura y clausura, los cuales se desarrollan en la costa ecuatoriana. También cuento con un cuerpo técnico con más integrantes, en este caso asistente, utilero, médico y fisioterapista.

¿Después del Mundial, en vez de premiarlo, lo sacaron de la Tricolor, cómo fue eso?

La verdad que fue algo injusto y nunca lo entendí. No sé por qué se decidió eso y más sin comunicarme, ya que al final me enteré de esa decisión por un seleccionado.

¿Se sintió decepcionado’

Por supuesto, si lo único que hice fue trabajar por el bien de fútbol playa ecuatoriano como lo he hecho hasta la actualidad.

¿En 2020 está de regreso a la Tri’

Se me hizo la propuesta por parte de la comisión para trabajar en la categoría sub-20 con miras al torneo de desarrollo zona norte, el cual es algo muy particular, ya que para ser campeón deben sumar los dos, es decir con el equipo de primera y se nos dio, que hicimos una buena campaña y quedamos primeros, ya con este resultado viajamos al Sudamericano sub-20 en Paraguay, donde tuvimos una buena participación. Con este trabajo la comisión me propuso retomar la dirección técnica de la selección absoluta y aquí estoy comprometido.

Además de fútbol playa ¿a qué se dedica?

Doy clases virtuales, soy docente de la carrera de Pedagogía de la actividad física en la Universidad Eloy Alfaro.

¿El mejor recuerdo de ser un entrenador mundialista?

Es el cariño de las personas que reconocen el trabajo de un profesional humilde, comprometido con lo que hace y le gusta, pero aparte de eso el mayor recuerdo es el penal que nos dio la gloria y llevó a nuestro primer Mundial, eso quedará grabado en nuestras mentes para toda la vida.

Agradecido con Dios por darme tanto, a los mundialistas: Carlos Saltos, Jorge León, Hugo Cevallos, Cristhian Gallegos, Joffre Delgado, Mauricio Mera, Mario Álava, Andrés Vera, Stalin Moreira, Jorge Bailón, César Barre, Daniel Cedeño, Pepe Mosquera, Andrés Arce y Claudio Campos por ser parte de la historia; a la familia, a los amigos también y en sí a todos los que contribuyeron de una u otra manera.