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Desclasificados: El lesionado, el botado, el insultado y la Copa Libertadores de Liga (Q)
12 años después muchos se olvidaron de la realidad del equipo, que ganó por primera vez el torneo más codiciado de América.
Aquella noche del 2 de julio del 2008 fue la primera vez que la calle Víctor Emilio Estrada y Las Monjas de Urdesa, en Guayaquil, se vistió de blanco. Las banderas de Liga de Quito se tomaron el sector donde se sitúa el famoso bar El Manantial y 'chuparon' hasta las 04:00. Era el festejo por el campeonato de la Copa Libertadores, dejando llorando a la hinchada de Fluminense en el estadio Maracaná.
Ese lugar había sido zona exclusiva de festejos de Barcelona, Emelec y la Selección nacional, pero aquella noche, el color blanco fue unánime. Nadie se había atrevido a vaticinarlo, pero sucedió.
Era la primera vez que estaba a esas horas en una fiesta deportiva, me acompañaron Juan Manuel Yépez, hincha del Aucas y Jorge Rivera, fan del Barcelona.
Por cierto, el primer tiempo del partido lo había visto en Milagro, el segundo ya tocaba verlo en la redacción y, para rematar, una madrugada en Guayaquil escuchando: “Yo te daré… te daré… Liga hermosa...”.
Ver ganar a LDU, así como todos la llamaban fuera del país, fue algo fuera de serie, una situación que con el pasar del tiempo va creciendo en importancia y se hace difícil de igualar.
Pero aquella carrera por la gloria tuvo cosas que son raras, realmente increíbles. Situaciones que en un equipo cuerdo no podían pasar.
Liga de Quito tuvo un lesionado a quien le pagó un año completo para recuperarlo, un jugador que lo habían botado del Barcelona, un entrenador insultado al máximo y que nadie quería. Edgardo Bauza, el DT, escribía parte de la canción de los Beatles, "Yesterday": “El amor era un juego muy fácil de jugar. Ahora necesito un sitio donde esconderme”. Aquel día, Bauza tomó al pie de la letra lo que dice el gran Galeano: “En la vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo”. En el Maracaná se juntaron los que no debían estar en Liga 2008 e hicieron llorar al Fluminense. Así es el fútbol. Una cosa de locos.
EL LESIONADO
El argentino Damián Manso era un crack con la camiseta número 10, el tipo no hablaba con los periodistas, pero eso no importaba. Él era un mago con el balón, de esos 10 clásicos, de los que si pueden, solos te resuelven las situaciones en cuestión de segundos.
Manso, cuando llegó, no era Manso. Apenas arribó a Liga en el 2007 se dieron cuenta que estaba lesionado, pero el ojo de Bauza, Rodrigo y Esteban Paz hizo que el jugador, que en ese tiempo tenía 28 años, se quede en el plantel lesionado y todo. En realidad esperaron un año para que en el 2008 haga de la Libertadores su mejor estrado para mostrar su fútbol. Al final, el lesionado fue clave en lograr la Copa Libertadores.
EL BOTADO
La historia de José Francisco Cevallos cuenta que tapó tres penales en el Maracaná, que sus fotos reposaban en el Museo de la Conmebol, que es uno de los mejores arqueros del país. Esa es la parte linda de la historia, pero antes de llegar a los 'albos', Cevallos tenía una historia de no creer.
Pepe Pancho no salió de Barcelona, a él lo botaron, lo dejaron sin equipo, sin trabajo, fue una verdadera telenovela. Ya cuando los jugadores no le sirven al equipo, le dicen adiós de varias maneras, le hacen una despedida o le mandan a decir que no los quieren ver más. Esto último fue lo que le pasó a Cevallos.
En el 2007 llegó al Deportivo Azogues, era su arquero, vivía en Cuenca y bajaba de martes a sábado a entrenar a Azogues. A los 37 años, en el 2008, Liga de Quito se lo llevó.
Muchos creían que iba a ser el segundo arquero, pero Cevallos no estaba para eso. El botado del Ídolo llegaba y decía que iba a ser campeón de América y lo logró.
Pepe Pancho tapó los tres penales en el Maracaná y para los que no creían que eso era verdad, se trajo el trofeo de la Copa Libertadores a conocer las calles de Guayaquil.
El INSULTADO
Bien pudo el estadio Rodrigo Paz de Liga de Quito, llamarse también Edgardo Bauza, en homenaje al entrenador argentino que los hizo campeones de América.
Bauza es de Liga. Se llevan tan bien que el día que el Patón quiera ser entrenador, dirigente o jefe de la barra, lo van aceptar. Pero antes de ser campeón de la Libertadores, el DT estuvo cerca de irse del plantel.
En el 2007 no lo querían. Mejor digamos que ya no lo aguantaban. Y los hinchas tenían razón, el equipo no venía actuando bien, ni el juego ni los resultados estaban a su favor.
Bauza nunca olvidará el 22 de abril del 2007, aquel día los mismos hinchas que el 2 de julio del 2008 salieron a pedir que le hagan un monumento por ganar la Libertadores. Esos mismos estaban furiosos y le querían pegar, lo insultaron hasta el cansancio, y llevaron varios carteles que decían “Fuera Bauza”. Estaba clarito que no lo podían ni ver, fue así que no quedó otra cosa que el Patón salga escondido en patrullero de la Policía Nacional. Habían perdido 3-1 ante Olmedo en la Casa Blanca.
Si así es el fútbol, una gran campaña puede borrar todo.
Por cierto, en aquellas horas, solo Rodrigo Paz le dio su respaldo, el resto de directivos lo querían afuera.
Al final: El lesionado, el botado, el insultado le dieron a Ecuador, vestidos de blanco, la primera Copa Libertadores.