El estrés es una enfermedad moderna de la cual ni los niños se escapan. La pueden adquirir en momentos de cambio o de tensión.
Sin embargo, hay cosas sencillas que como mamá o papá puedes hacer para ayudarles a recuperar la tranquilidad.
Por si no lo sabías, la música es una de las mejores terapias. Por otro lado, la tecnología y el estar conectado es sinónimo de ansiedad. El pequeño se inquieta si su celular tiene baja la batería. Estos son la típicas señales de estrés de estar “encendido siempre”.
Lo que debes buscar es el equilibrio.
¿Qué hacer?
Bebés de 0 a 3 años. A esta edad la participación del niño es menor. Relájalo con masajes. Ayúdalo a dormir a través del tacto. Debes hacerlo cuando el bebé esté tranquilo y no en medio de una rabieta. De 3 a 7 años. Es la primera infancia. Puedes practicar la técnica del globo. Le pides que se imagine que es un globo. Que inspire muy profundo hasta que llene sus pulmones, luego dile que exhale el aire muy despacio. Repite el ejercicio por tres veces consecutivas. De 7 a 9 años. ¡Ya tienen control de su cuerpo! Una buena opción son las mandalas. Manejan la motricidad fina, pueden colorear. Esta actividad fomenta a la concentración. De 9 a 12. Practica técnicas de respiración. Además, puede hacer secuencias de relajación con diferentes partes del cuerpo. Hombros. Hazlo que los encojan hasta las orejas. Cuello. Girar la cabeza de manera suave.
Beneficios
- Mejora el nivel de concentración y la memoria.
- Reduce la ansiedad.
- Disminuye los ataques de pánico.
- Ayuda a vencer la timidez.
- Aumenta la confianza en sí mismo.
- Mejora la calidad del sueño.
- Disminuye el estrés muscular y mental.
Las crisis traen consigo un desajuste familiar que requiere siempre de un tiempo de procesamiento, en el que todos sus miembros se ven afectados..María Cecilia Armijos, máster en atención temprana.
Ahora, ¿qué ocurre con los hijos? Está comprobado que la exposición prolongada al estrés en los niños es contraproducente en su desarrollo, y es justamente esa la razón por la cual los padres debemos proteger y cuidar su bienestar emocional. "Es importante revisar qué situaciones de su vida cotidiana les producen sensaciones de malestar o estrés. Identificando esto, sería bueno tomar acciones, revisar nuestras propias exigencias hacia ellos. Como adultos debemos proponer momentos que les generen satisfacción, placer, alegría y gozo dentro de la dinámica familiar”, dice la profesional.