Dulce como un beso y suave como una caricia, en una cucharada caliente, el colonche de camarón con sus diversas texturas y sabores del Litoral ecuatoriano trae a la memoria las pasiones del cuerpeo. Este plato manabita endulza los paladares desde que canta el gallo para llenar de energía a sus comensales.

A base de patacones (plátano verde aplastado y hecho en fritura) picados y bañados en un sudado de camarones, la preparación enamora a los estómagos con sus componentes. Luis Cedeño, gastrónomo miembro de la Asociación de Chefs del Ecuador, explica que, en Manabí, se creó la receta ante la necesidad de una jama que sacie el cuerpo de los campesinos en sus largas jornadas.

Aunque no hay una fecha exacta desde cuándo se empezó a cocinar, los libros de gastronomía reseñan que la preparación se “popularizó en la época de la República”, detalla Cedeño.

Receta

La cocción es rápida o así lo demuestra Marianella Orlando, dueña de Casa Manaba, ubicado en Urdesa, norte de Guayaquil. En un sartén unta mantequilla para empezar el refrito que le dará sazón a la salsa. Unos minutos después, cuando las cebollas están traslúcidas, la experta le añade los camarones previamente condimentados con sal, comino y pimienta.

“Luego le pones el fondo de pescado o camarón para que tenga más sabor”, recomienda a los lectores de EXTRA. Después de que el líquido se haya reducido agrega la pasta de maní, este paso para Orlando es importante para que el colonche tenga una salsa suave.

Cuando los ingredientes se hayan integrado se le añade los trozos de patacones y, en dos minutos, estará lista la preparación para degustar. “Nosotros queremos que conozcan la gastronomía de Manabí. Nosotros innovamos el colonche con carne desmechada de cerdo y cangrejo”, cuenta.

La delicia manabita hace que, desde el primer bocado, las papilas gustativas pidan más. El colonche, es uno de los pocos platos del menú ecuatoriano que no necesita arroz como acompañante porque está completo… Así, cada uno de sus ingredientes recarga de calorías a tu organismo para que las quemes durante el transcurso del día. ¡Buen provecho!