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Buena Vida
Fabo Doja: El actor de las mil caras
Años después de alejarse de la actuación para estudiar Odontología y trabajar como visitador médico, decidió recuperarla. Hoy, saborea el éxito.
Fabo Doja es el hombre de las mil caras dentro de la actuación. Un día puede personificar a la bruja amargada Cleotilde, otro, al poeta José Joaquín de Olmedo o al gay de la serie ‘Casi 40tonas’ que trata de liberar a su pareja de los estigmas sociales. Incluso a un toro en el programa digital ‘Animales’.
Detrás de Fabricio Domínguez Játiva (su verdadero nombre) hay muchas obras en las que no solo ha actuado sino también dirigido. Una de ellas es ‘Ay mamá!’, protagonizada por Marián Sabaté, y ‘Me quedé en los 80’, con Úrsula Strenge.
Pero para poder alcanzar el éxito, tuvo que atravesar un largo camino que, en sus inicios, no tuvo nada que ver con lo que le apasiona: actuar.
No fue fácil. Estudió Odontología, profesión que jamás ha ejercido. De hecho, cuando su papá le propuso montar un consultorio, Fabo se negó. Su deseo era ser actor.
“Me dijo que me iba a morir de hambre y como no quería vagos me mandó a trabajar”, relata Doja, cuya abuela materna siempre “lo alcahueteó”. A escondidas, le pagó las clases de canto y los primeros módulos en la Escuela de Actuación (hoy ITV). Ahí tuvo la oportunidad de conocer a los entonces estudiantes Víctor Aráuz, Giovanna Andrade y Alejandra Paredes. En el 2002 abandonó las clases y siguió los pasos de su papá, dedicándose a trabajar como visitador médico, durante 12 años.
“Eso me permitió tener dinero. El trabajo era fácil porque venía con bases de Farmacología y Biología. Ganaba superbien. Ahorré para independizarme. Siempre fui ahorrativo y organizado”, comenta el actor que, años después, ingresó nuevamente al ITV hasta graduarse con el premio a la excelencia académica. Fue escogido para dar el discurso de los graduados, ahí estaban sus abuelos y sus padres. El premio se lo dedicó a él y a ese niño de 8 años que siempre soñó con ser actor.
En conversación con DOMINGUERO, Fabo relató detalles personales y de su carrera.
¿Qué te dice tu papá cuando ve lo que has logrado en la actuación?
Mi papá luego se arrepintió de no haberme apoyado. Es mi fan número uno. Cuando estamos en la calle y me reconocen, pregunta si se quieren tomar una foto conmigo. También me presenta a sus amigos y les dice que soy su hijo, el que sale en la TV.
Nunca dejaste tus sueños, y decidiste regresar a la actuación años después...
A los 24 años, ganaba $ 800 como visitador médico. Me retiré de los estudios porque tenía que viajar y los maestros no me lo permitieron. Escogí el trabajo, porque me permitió independizarme. Volví en el 2012, retomé a la carrera a los 31 años, me dije ‘es ahora o nunca’.
Nitsy Grau fue tu maestra y quien te da una oportunidad en la película ‘Medardo’. De ahí nadie te paró.
Hice casting, lo pasé y fue mi primera película. Ahí conocí a Lupita Ferrer y yo me deslumbré, bailé vals con ella. No podía creerlo, porque la había visto de chiquito en las novelas. Lo mismo me pasó cuando conocí a Carlos Mata en una película que hicimos y que nunca salió a la luz.
Al igual que todos los artistas, la pandemia también te alcanzó. ¿Cómo superaste esa etapa de inactividad?
En la pandemia viví de los ahorros de la novela ‘Sí se puede’, y de la película ‘Camino a la libertad’, de la Independencia de Guayaquil, que se va a lanzar en octubre y en la cual personifico a José Joaquín de Olmedo. Con eso aguanté y otros ahorros.
Detrás de sus personajes
Uno de tus personajes más queridos es Cleotilde, la bruja amargada. ¿Es cierto que le pusiste ciertas cosas de tus familiares?
Empecé a agarrar cosas de mis familiares y de gente conocida. De una tía abuela es el maquillaje azul, se maquillaba como Endora, la mamá de Hechizada. La voz y la postura de Cleotilde es de otra tía abuela. Ney -Calderón-, en cambio, empezó a agarrar el personaje porque tiene dos gatos y cuando llega a la casa arma diálogos con ellos y les pone voces. Así logra la voz de Matilde, la otra bruja de la obra. Ney fue mi profesor en el ITV, es un excelente improvisador, de él aprendí.
En la novela ‘Casi 40tonas’ hiciste el papel de gay. ¿Cómo reaccionaron los televidentes? ¿Hubo rechazo?
El personaje fue muy chévere, me gustó. Lo planteamos con Juan Carlos -Román- para que no se vea caricaturesco, sino que sean dos hombres, una pareja gay completamente real. Dentro del libreto cambiamos algunas situaciones y frases. Los hicimos más humanos, más reales.
Tal vez la gente esperó un beso. Aunque se supo que lo habría, ¿qué pasó?
Fue decisión del canal no ponerlo. Manejaron la censura.
¿Ustedes, los actores, lo hubiesen hecho?
Pero claro, ya lo teníamos hablado cómo iba a ser, no era un beso apasionado, sino un ‘pico’ de cariño. Les pareció demasiado, pero sí se puso la escena de baño de un chiquillo con una mujer mayor. Hicimos lo que nos decían. Catrina -Tala- nos pedía disfrutar el personaje.
¿Cuál es el personaje que te gustó, lo disfrutaste y quisieras repetirlo?
En teatro, la bruja, la amo. Me quedé con ganas de hacer Cock (2018), era un triángulo amoroso, había escenas fuertes. Hubo ‘destrampes’ con Ricardo Velasteguí. Gente que se incomodó, una señora se levantó gritando que era una porquería y se fue cayendo. Es una obra dramática, la más fuerte que he hecho. También está mi personaje en ‘Chicago’, obra que hice en el teatro Sucre de Quito.
Más de él
* Este guayaquileño de 40 años, además de actor y director escénico, es cantante.
* Ha participado en once obras musicales.
* Entre sus participaciones están ‘La Dama Tapada: El origen de la leyenda’ (2018), ‘Secretarias’, ‘Pareja feliz’, ‘Puro teatro’, etc.
* Hace doblajes comerciales para diversas marcas.
* Fue escogido como uno de los narradores de la historia de León Febres-Cordero R.
* Sus gustos musicales van desde Los Panchos, Olga Guillot, José José, Bee Gees, la tecnocumbia, la balada y el bolero.
* Cuando era adolescente, formó parte de grupos musicales y fue bailarín en eventos con el grupo Eclipse.
* Es un gran seguidor del trabajo de actrices como Marina Salvarezza, Ruth Coello y Prisca Bustamante.
* Su abuelita, su compinche y cómplice, falleció el año pasado. La función de la obra ‘Cleotilde y Matilde’ se la dedicó a ella.