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El Rincón del Misterio: Amanecida extraterrestre
Un grupo de 29 personas participaron del avistamiento de ovnis. Tenían forma circular, luz blanca y realizaron movimientos extraños. Aparecieron entre la noche del sábado y madrugada del domingo pasado.
Cuando el cielo oscurecía y las personas armaban sus carpas, asomaron los tres primeros platillos voladores. “Miren al cielo, aparecieron los ovnis”, gritó Luis Felipe Gómez, de 9 años. Frío y silencio. En ese momento, todos soltaron las cosas que tenían en sus manos y se quedaron hipnotizados viendo al firmamento.
Eran aproximadamente las 19:00 del sábado 27 de agosto. Tres luces circulares de color blancas empezaron a realizar movimientos zigzagueantes. Las esferas subían, bajaban e iban de un lado a otro, actividad que hicieron por casi 3 minutos. Luego, se juntaron, se quedaron quietas por unos segundos y desaparecieron a gran velocidad.
Esta fue la primera escena que vio un grupo de 29 personas que se reunió y convivió por 25 horas en un campamento ufológico, desde las 12:00 del sábado hasta las 13:00 del domingo 28 de agosto.
No les importó viajar hasta 12 horas en carro, en el caso de las personas que llegaron desde Guayaquil; ni dormir en el frío clima, que osciló entre 8 y -2 grados centígrados. Solo una fogata y sus prendas de vestir los calentó. Tampoco se preocuparon por quedarse sin señal en sus dispositivos electrónicos, debido a que solo querían ver ovnis y no se quedaron con las ganas.
Un equipo periodístico de Diario EXTRA los acompañó en su travesía, que tuvo como base las faldas del cerro Fuya Fuya, ubicado entre las lagunas de Mojanda, a 100 kilómetros de distancia de Otavalo, provincia de Imbabura, lugar donde acamparon porque es considerado el número 1 en avistamientos de ovnis en Ecuador.
Las lagunas de Mojanda junto a los volcanes Imbabura y Cotacachi, conforman el denominado ‘Triángulo del Norte’, donde se ha reportado un alto tránsito de naves alienígenas, según UFOcamping Ecuador, que se especializa en recorrer sitios que tengan registros de posibles alienígenas.
COMENZÓ LA ‘DANZA’ DE OVNIS
Cerca de las 19:00, tras un recorrido de una hora y cuando ya empezaba a oscurecer, con las carpas ya armadas y la fogata encendida, el pequeño Luis Felipe Gómez emocionado empezó a gritar: “Miren al cielo, aparecieron los ovnis. ¡Están que se mueven en todas direcciones!”, mientras cogía del brazo a su papá, Luis Gómez (40), con quien acampó.
Tres luces circulares que realizaron movimientos en diferentes direcciones, como si no supieron a dónde dirigirse, hicieron que las 29 personas miraran hacia las nubes por alrededor de 3 minutos. Todos se quedaron callados y solo murmuraron: “¿Estás viendo lo mismo que yo? ¿Serán los ovnis? ¿Por qué se mueven tan rápido y de esa manera?”.
“Con mi papá venimos porque nos gusta el tema y porque queríamos saber si existen. Luego de lo que vi en la madrugada puedo decir que sí existen. Me hubiese gustado verlos más de cerca para ver cómo son, pero no tan cerca porque igual me da miedo. Me gustó esta experiencia y quiero volver a repetirla”, dijo entusiasmado el pequeño Luis el domingo por la mañana.
Su progenitor confesó que desde niño siempre le llamó la atención “el misterio de los extraterrestres”, razón por la que decidió ir en busca de ellos. “No todos tenemos la posibilidad de verlos y cuando sucede genera mucha emoción, algo incomparable. El ver que existen te hace pensar que no somos los únicos y me impulsa a seguir conociendo más de ellos”.
Estos platillos voladores desaparecieron entre las nubes, pero el asombro perduró entre las personas. Se quedaron fascinados y en silencio. Recién a las 20:40, luego de realizar una meditación comandada por el grupo UFOcamping, les regresaron las ganas de socializar. Se sentaron alrededor de la fogata y empezaron a contar historias de terror.
La temperatura empezó a descender hasta los -2 grados centígrados, lo que empujó a varios a resguardarse en sus carpas. En el fogón apenas quedaron 10 curiosos haciendo vigilia. Pero mientras se escuchaban los ronquidos de alguien (estaban fuertes), Carolina Perachimba, de 23 años, empezó a gritar: “Salgan que volvieron”. Algunos alcanzaron a asomarse desde sus tiendas.
Como si se tratara de una coreografía mal ensayada, a las 03:16 aparecieron cinco luces circulares. Llegaron juntas y de repente se separaron y se movieron en todas direcciones, según el relato de Carolina. “Fue impresionante cómo llegaron, fue rápido. Se pararon por un momento, empezaron a moverse y se fueron a mucha velocidad”, comentó sobre la escena, que duró dos minutos.
Ella tuvo su primer avistamiento de ovnis en mayo pasado cuando, acampó en Intag, región montañosa en el cantón Cotacachi, provincia de Imbabura, hecho que la impulsó a querer irse con ellos.
“Vine a buscar ovnis y los encontré. En Intag me pasó lo mismo que acá en Mojanda. Ahora solo me falta tener un contacto cercano con ellos para terminar de demostrarme que hay vida en otro lado que no sea la Tierra. Me gustaría irme con ellos para conocer cómo son, qué hacen. Quiero irme con ellos, la vida es una sola y me gustaría pasar esta experiencia”, expresó Carolina.
A las 04:45 llegó el momento que terminó de convencer, por lo menos a las 29 personas que realizaron este ufocamping, de que los extraterrestres existen. Sobre el cerro Fuya Fuya apareció una luz redonda de color blanco, la cual emitió una especia de flash (como el de una cámara) y se escondió lentamente detrás de la loma, relató Carlos Molina, de 24 años, quien identificó al objeto volador.
“Anoche (domingo en la madrugada) aparecieron bastantes ovnis, yo conté aproximadamente quince luces raras y una me respondió. Me di cuenta de que una luz apareció atrás del cerro. Le hice señales con un láser de larga distancia y me respondió con un destello. Es imposible decir que era un carro o un avión porque estaba encima del cerro y descendió”, afirmó.
Carlos destacó que estas escenas ya no lo impresionan, pues él ha tenido sueños con extraterrestres que le han manifestado que todavía no ha cumplido su misión en la Tierra.
“En 2018 tuve mi primer sueño raro. Soñé que unos tipos grises me inyectaron algo en los brazos y me operaron en la parte de mis genitales. Lo curioso es que cuando desperté tenía unas marcas de inyecciones en mis brazos. Ese mismo año soñé con una nórdica y me dijo que mi misión todavía no estaba cumplida y no me rindiera”, recordó Carlos.
Pasaron frío, pero tuvieron una experiencia satisfactoria. Durante las 25 horas de campamento pudieron visualizar 15 naves espaciales, según el análisis del ufólogo de UFOcamping Neptalí Mena, quien también estuvo en el lugar e hizo vigilia.