“No permiten las visitas para que no vean que tienen a los presos golpeados, flacos y enfermos. No me crea a mí, pregúnteles a los familiares, eso es lo que ellos dicen”, expresó bajo condición de anonimato un comerciante en los exteriores del Centro de Rehabilitación Social de Varones N. 1 de Guayaquil, también conocido como Penitenciaría del Litoral, donde desde el 5 de agosto se restringieron las visitas -otra vez- sin aviso previo y sin ofrecer motivos.

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Ese día, decenas de personas llegaron a la Peni, ubicada en el kilómetro 16.5 de la vía a Daule, en el extremo norte, para conocer el estado de salud de sus parientes y hacerles llegar algo de comer e insumos de limpieza, pero se quedaron varados porque el ingreso estaba prohibido.

“No es porque haya problemas adentro, porque desde hace semanas está todo tranquilo; las visitas conyugales se prohibieron en enero y siguen igual, con las visitas regulares nunca se sabe, cuando se les antoja las cancelan y hay gente que viene desde otras ciudades incluso y se queda con la funda (de víveres y vituallas) en la mano”, aseguró una ciudadana que no se retiraba del lugar, con la esperanza de poder entrar de alguna forma.

Un equipo de EXTRA ingresó a la Penitenciaría para consultar al personal del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), ente encargado de la administración de las cárceles del país, acerca de la restricción de visitas, y corroboró que no había acceso para los familiares.

“Tienes que tener algún contacto entre los guardias para que te ayuden a hacerles llegar las cosas a los presos, pero no es gratis; además, tú entregas (los insumos) pero no sabes si le llegarán completos al familiar de uno”, reclamó una señora de la tercera edad que tuvo que ‘tranzar’ para que le llevaran unos víveres a su hijo.

Al interior de la Peni, una funcionaria indicó que no estaba autorizada para ofrecer información acerca de la restricción a los visitantes y que la petición debía hacerse por escrito al SNAI.

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En la solicitud enviada por correo electrónico a otras tres funcionarias del SNAI se pidió una vocería de la autoridad competente sobre los requisitos, horarios y restricciones que deben cumplir los allegados de las personas privadas de la libertad (PPL) para realizar visitas familiares y conyugales.

La respuesta enviada por María Daniela Icaza, directora encargada del centro de rehabilitación, fue escueta y se limitó a indicar que “el cronograma de visitas para el mes de agosto estará dispuesto en la parte externa del CPL (Centro de Privación de Libertad) a partir del viernes (9 de agosto), las cuales se iniciarán a partir del día lunes 12” del mismo mes.

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