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Quito: Un Venezolano fue asesinado por una sangría
La víctima y su concuñado estuvieron en un chongo, luego se fueron a una casa y ahí se armó una pelea por una botella de trago. Ocurrió en el norte
Angeli Barboza todavía no ha podido velar el cuerpo de su pareja, Brayan Ramírez, luego de que su cuñado supuestamente lo apuñalara en medio de una pelea, en Quito.
“Los papeles se han retrasado porque su debía enviar la autorización”, comenta.
Ellos son oriundos de Venezuela y como no han formalizado el compromiso, Angeli no ha podido llevarse el cadáver del padre de su niña.
Recuerda lo que ocurrió la noche del 14 de diciembre. El hombre bebía unas cervezas con su concuñado, conocido como Kike, en un night club del norte de Quito. “Él trabajaba en uno de esos locales, pero esa noche estaba como cliente”, cuenta la mujer.
Las copas se fueron sumando y Brayan se fue a la casa del concuñado, ubicada en la avenida América. “Ahí sucedió la desgracia”, lamenta Angeli.
Según las primeras investigaciones policiales, ambos discutieron por una botella de sangría y en medio del problema Kike sacó un cuchillo y lo habría apuñalado en el lado izquierdo de la espalda.
Enseguida fue llevado a un hospital privado, donde los médicos solo confirmaron que por la gravedad de la herida ya no podían salvarle la vida. Era aproximadamente la una de la madrugada del miércoles.
Angeli no se explica cómo sucedió tal acto violento, pues ambos se llevaban bien. “Solo fue cuestión de los tragos, una locura del momento. No tenían problemas”, explica.
El sospechoso se fugó y nadie sabe nada de su paradero, según la mujer. Ni siquiera su hermana, que en el momento del crimen estaba de viaje en Táchira, provincia de Venezuela, con otros familiares.
De vuelta a casa
Hasta el mediodía del jueves se tenía previsto que la autorización de la mamá de la víctima llegaría a la morgue de la Policía Nacional para que Angeli retire el cuerpo.
“Lo voy a velar una tarde para que al siguiente día se lo lleven a Táchira”.
Hasta tanto, dice que intenta consolar a la hija de ambos, de un año y tres meses, pues no ha parado de preguntar por su padre.
“La tengo viendo vídeos y fotos de él para calmarla. No le puedo explicar lo que pasó”, agrega la venezolana.
La esposa del sospechoso se encontraba de visita en Venezuela desde hace 20 días, por lo que tampoco ha visto a su marido.