La Tribuna de los Shyris, en el norte de Quito, se ha convertido en su morada. Construyeron sus ‘viviendas’ temporales con cartones, costales, ropa usada y restos de papel periódico. Cuando llueve colocan un plástico encima y lo sujetan con adoquines para que no se vuele.

Son ciudadanos extranjeros en situación de calle que desde hace seis meses han visto en este lugar un sitio para vivir y, según los moradores del sector, se ha convertido en un foco de inseguridad.

Margoth Caranqui cuida carros frente a la tribuna y contó que todos los días observa a los jóvenes que viven ahí que llegan corriendo y se meten en las ‘casas improvisadas’. Luego salen cambiados de ropa.

Además, añadió Caranqui, utilizan el techo para esconder objetos que, al parecer, roban a los transeúntes. La mujer también los ha visto fumando droga y bebiendo licor. “Suelen pelear entre ellos”.

La señora se quejó de que, en ocasiones, cuando llega tarde, le bajan el ‘camello’. “Ponen tarifa al parqueadero y la gente cree que son mis amigos. Cuando no pagan lo que les piden los insultan”.

ESPANTAN CLIENTES

Un hombre, quien prefirió no identificarse por miedo a represalias, trabaja frente a la tribuna en una local de comida rápida. Contó que la semana pasada a su jefe le robaron el celular y el ladrón se fue a esconder en las casas de cartón.

Ese mismo día, uno de los extranjeros fue con una tarrina para pedirle comida, pero el empleado del restaurante le dijo que todavía no habían preparado nada. Entonces, el joven lo insultó e intentó entrar a la fuerza provocando que los comensales se retiraran del lugar. “Desde esa vez cerramos el local más temprano para evitar confrontaciones con ellos”.

MAFIA DE MENDIGOS

El capitán Luis Calupiña, jefe del circuito Iñaquito, realizó un operativo la noche del martes en la tribuna y sus alrededores. Algunos de los que escampaban, incluidos niños, al ver la presencia policial, corrieron al parque La Carolina y se perdieron entre los árboles.

Quienes se quedaron se molestaron porque los agentes los desalojaron. No quisieron hablar y gritaban: “¡Sapos!”.

No encontraron armas ni droga. “Quizás se llevaron los que se escaparon”, mencionó un uniformado.

Calupiña indicó que suelen hacer operativos sorpresa para evitar delitos. Explicó que los extranjeros tienen puntos establecidos para mendigar. Es decir, hay quienes piden plata en una cuadra y el resto no puede hacerlo ahí. Si lo hacen suele haber problemas.

El mes pasado un venezolano habría asesinado a otro a puñaladas porque, al parecer, recibió una donación que no le pertenecía.

Por esta razón, Calupiña señaló que en las asambleas comunitarias les pide a los vecinos que no les den donativos porque los mal acostumbran. Han intentado llevarlos a un albergue para que dejen la tribuna, pero no quieren irse de ahí.

Además cuando encuentran a alguien con un cuchillo le toman fotos a él y al objeto y luego lo añaden a un álbum que tienen en el retén policial. “Así, cuando hay un delito, le mostramos a la víctima si alguien del cuaderno fue el responsable”. concluyó.