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Rosalía Arteaga: "Advertí que en Esmeraldas se incubaba algo grave"
Ha sido la única mujer en el país en estar en la silla presidencial, aunque por poco tiempo (6 días). Es la actual presidenta de una fundación.
R osalía Arteaga prefiere alejarse de la política. Le angustia que ese tema sature las conversaciones y los noticieros. Ella, quien fue la primera presidenta y vicepresidenta del Ecuador (entre 1996 y 1997), le apuesta a la educación como un acto político, pero no desde la perspectiva partidista ni paternalista, sino desde la acción desde todos los frentes.
- ¿Qué deben hacer los ciudadanos para superar la crisis en la que está sumido el país?
Volver a los barrios. Unirnos. También debemos ser solidarios entre nosotros, yo tengo una propuesta: los universitarios podrían ayudar a nivelar a los estudiantes de escuelas y colegios que durante la pandemia sufrieron un gran desbalance. Un plan de mentorías. Se pueden hacer muchas cosas, no debemos esperar solo del Estado o creer que somos mendicantes.
- ¿Y cuál es la responsabilidad del Estado?
Tiene obligaciones sustanciales, no tiene que meterse a ser empresario. En la educación, la mayor responsabilidad es la de capacitar a los docentes y directores de escuela. Pero sobre todo debe garantizar seguridad y salud de calidad. Vivimos en una guerra interna.
- Esta guerra interna, como usted la define, ¿Cómo afecta a la educación?
Se ha desatendido a los niños. Los chicos que han delinquido no han terminado ni la educación básica. Al menos 500.000 jóvenes en Ecuador no estudian ni trabajan y caen en la delincuencia. Ahora no solo en el expendio de drogas, sino que tenemos sicarios muy jovencitos. Yo advertí que en Esmeraldas se estaba incubando algo grave porque los chicos estaban absolutamente desmotivados. No tienen buena educación ni buena alimentación.
- Una alimentación equilibrada aporta energía y vitaminas para rendir mejor en clases.
Los primeros mil días de los niños son claves y sin una alimentación adecuada, el cerebro de los niños es irrecuperable. Ya se quedaron sin ser buenos estudiantes, sin poder tener un buen trabajo. Datos de la Secretaría de Lucha contra la Desnutrición demuestran que el quintil más alto de la población ecuatoriana también tiene desnutrición. Las mamás no saben alimentar a sus hijos, incluso las ‘peluconas’.
- Ahora más que nunca, la clave sigue siendo la educación.
- Sí. Si me preguntan tres cosas para mejorar la situación del país en general, yo diré: Educación, educación, educación.
- Han pasado más de 20 años desde que estuvo en los cargos más altos del Gobierno, ¿por qué cree que no ha habido más mujeres?
- Hay una esperanza, desde 2025 las elecciones de presidente y vicepresidente ahora deberán integrarse como hombre - mujer o mujer hombre. No es un problema de Ecuador, sino de América Latina, pero las mujeres debemos estar claras que sí podemos. Y de nuevo, está en la educación.
- ¿Qué hacer para que no se convierta en una cuota nomás?
- Yo aliento a las jóvenes a participar en política, pero no solo por participar o cumplir una cuota, sino para hacer la diferencia. Yo no quiero que las chicas sean políticas para replicar las vergonzosas situaciones como la Asamblea Nacional, ahí se ve de todo.
- El actual gabinete ha sido muy cuestionado por la falta de integrantes mujeres...
- Así es, hay una falencia. El presidente (Guillermo Lasso) debe poner más mujeres en su gabinete y no me diga que no hay, porque sí las hay. El gabinete debe ser el ejemplo de este equilibrio.
¿Para conseguir el equilibrio necesitamos educación con enfoque de género?
Más del 70 % de los docentes somos mujeres, entonces hay que reflexionar en qué estamos haciendo con ese poder. Tenemos que enseñar a las niñas que pueden ser científicas, por ejemplo. Recién llevamos a un grupo de niñas a la NASA.