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Roque Prado es ‘dulce’ para los alienígenas en el Parque Nacional Cajas
Dejó Cuenca para vivir en un rancho que heredó, cuando empezó a ser testigo de fenómenos no identificados. Un experto confirma la presencia de una base extraterrestre
Año 1990. Roque Prado le dice adiós a Cuenca. No soporta más el bullicio, el tránsito vehicular y ajetreo de la capital de la provincia del Azuay. Tras 25 años trabajando como topógrafo regresa al Parque Nacional El Cajas en busca de tranquilidad, pero lo que halló en uno de sus paseos por los senderos ha sido, hasta ahora, la mejor experiencia de su vida: un ovni.
Un destello de luz en medio de la oscuridad de la vía Cuenca-Molleturo, como un flash, llamó su atención. Era un objeto circular que se movía en su dirección. No era un avión lo que sobrevolaba el rancho donde había vivido hasta antes de ingresar a la escuela (en Cuenca 1955), y que posteriormente heredó de sus padres.
Esta era una escena con la que no esperó encontrarse en ese sector, que resalta por el silencio, la brisa helada, las frondosas montañas, las lagunas y los bellos parajes. Donde, incluso, no hay señal para teléfonos celulares.
La experiencia inolvidable
Eran aproximadamente las 18:45 de un día de agosto de 1998, cuando Roque, que actualmente tiene 70 años, caminaba cerca de su pequeña covacha, situada a unos 50 metros de una pista que atraviesa por su rancho. A esa hora ningún vehículo, mucho menos una persona, transitaba por ese lóbrego y apartado lugar.
“Yo me acuerdo de todo. Cuando salí de la casa, miré hacia arriba y me di cuenta de que una bola negra venía bajando en mi dirección hasta que estuvo cerca de mí. Primero pensé que era un globo, pero luego pude ver cada detalle”, explica con detenimiento.
La nave, según la descripción del azuayo, tenía la forma de un globo aerostático, de color gris, sin ventanas ni ranuras, solo le colgaban tres escalerillas. Estaba a unos 50 metros de distancia de él. Difícil olvidar aquella fantástica escena, aunque haya sido breve.
Al ver que el objeto pasó encima suyo y continuó su trayecto hasta desaparecer entre las montañas, a unos 3.940 metros sobre el nivel del mar, la curiosidad invadió a Roque. Hizo cálculos de dónde pudo haber aterrizado y fue a buscarlo.
“Corrí a la loma, pero el objeto se perdió. Estaba oscureciendo. Yo pensé que se había estrellado porque descendió rápido, pero no encontré ningún rastro en el piso. Antes me daba miedo porque de noche se ven estrellas que se prenden y se apagan, de colores raros, pero ahora quisiera saber sobre el tema. Me gustaría tener contacto con ellos (alienígenas)”.
Tras esta primera vivencia, tomaron sentido para él las experiencias raras que ha tenido durante su vida. “Recuerdo que cuando era niño y salía por las noches a jugar, veía esas luces hacer movimientos raros. Incluso, cuando regresé a vivir al rancho las volví a ver. Pensaba que solo eran estrellas, pero luego entendí que las estrellas no se mueven así”, acotó entre risas.
‘Fotos’ en jornada de pesca
En 2011 salió a caminar por la carretera y se dio cuenta de que una nave en forma de cigarro, que era de color gris y emitía luces de colores, pasó encima suyo hasta que se perdió entre las nubes.
Al año siguiente (2012), un objeto volador se le acercó cuando pescaba truchas con su hijo Jorge, de 25 años, en la laguna Pampeada, a un kilómetro de su covacha y a una hora de caminata por los senderos.
“Ese día nos fuimos con mi papá a pescar. En la laguna hay un refugio. Yo me acuerdo de que entré a ver algo y mi papá me gritó que salga a ver un ovni. Cuando salí, vi una luz a lo lejos, que se nos fue acercando hasta que quedó enfrente de nosotros. Esta era redonda y lanzaba luces como si nos estuviera tomando fotos. Se quedó unos cinco minutos y desapareció volando hacia arriba”, recordó Jorge.
En El Cajas existen 235 lagos, a los que los turistas pueden acceder realizando recorridos a través de un territorio rocoso y con pendientes, trayectos que pueden durar hasta cinco días a pie. En cualquiera sector del parque se puede acampar.
Los paisajes de El Cajas, la diversidad de fauna (existen 152 especies de aves, 43 de mamíferos, 15 de anfibios y 4 de reptiles, según el Ministerio del Ambiente) y la brisa helada (de -2 a 10 grados centígrados) fueron razones suficientes para que Roque se estableciera en ese sector; pero, al parecer, también sería el sitio favorito de alienígenas. Se trata de una zona que el ufólogo Jaime Rodríguez cataloga como uno de los tres lugares con más avistamientos de ovnis en el país.
El investigador y explorador en ufología Nelson Pineda dice que el Parque Nacional El Cajas es un lugar atractivo para los alienígenas por los recursos naturales que tiene, como el agua y el uranio. Además, indica que seres intraterrestres se han establecido en este lugar de la provincia del Azuay para crear su propia terminal, desde donde nos vigilan.
Nelson Pineda, investigador y explorador en ufología: “En El Cajas hay una base de alienígenas”
¿Por qué se registran muchos avistamientos en este lugar?
En El Cajas hay una base compartida de extraterrestres e intraterrestres, y son pocas las que existirían en la Tierra. Se llama compartida porque los extraterrestres son los alienígenas y los intraterrestres son híbridos, que tienen la apariencia de un ser humano con una altura de más de dos metros y son rubios.
¿Dónde está esta base? ¿Es visible para los humanos?
Esta base está cerca de la laguna Luspa (ubicada en el segundo control en la dirección Sierra-Costa). En el lugar no van a encontrar más que montañas y lagunas, porque ellos tomaron precauciones y la ubicaron debajo del agua, fuera del contacto con alguna persona.
¿Cómo sabe que existe?
Por investigaciones. Al lugar hemos ido desde el 2004. Hace unos años hicimos un encuentro internacional en la laguna Luspa y nos quedamos allí cuatro días. Tuvimos una serie de experiencias. Se contactaron con nosotros de manera telepática y lo corroboramos porque el mensaje fue el mismo para todos. Su mensaje fue que ellos trabajan a favor de la humanidad y están en el lugar para ayudarnos a desarrollar espiritualmente. Vimos cantidades grandes de naves, pero se quedaban en las montañas y nos apagaban y nos prendían las luces, como si nos estuvieron diciendo algo.
¿Por qué eligieron El Cajas?
Ellos están en El Cajas desde hace más de 50 años, desde esa época ya hay registros de ellos. El Parque Nacional es un lugar ideal para ellos porque está alejado de la civilización. También hay muchos minerales como el uranio y agua, que los utilizan como combustible para sus naves. Esto no es igual para todas las naves.
¿Deberíamos preocuparnos por la existencia de la base?
Ellos trabajan en favor de la humanidad. Son trabajos indirectos. En su hangar tienen laboratorios de alta tecnología, aparte de que siempre están chequeando lo que está haciendo la humanidad. Se establecen en lugares especiales como este para trabajar en secreto. Si fueran entes negativos, hace tiempo ya lo hubiéramos sabido.