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Paciente post-covid: Rehabilitación pulmonar para recuperar su estilo de vida
Estudios en neumología informan que, mientras más temprano se empiece un tratamiento para las secuelas del virus estas pueden desaparecer
Sus párpados se cierran y entre lágrimas acompañadas con sonrisas repite: “Me salvé. Sí, me salvé”. Felipe Espinoza, docente de arquitectura de la Universidad de Guayaquil, habla en voz baja, sus pulmones lo obligan a toser para aclarar su garganta, pese a que desde el 1 de julio está libre del covid-19 y dejó el tanque de oxígeno, las secuelas persisten.
Al profesional, de 62 años, el virus le cambió su estilo de vida, dictar clases era una batalla titánica para retener el aliento y pronunciar una oración. La misma escena se repitió cuando intentó subir el primer peldaño de un paso peatonal en la avenida 25 de Julio. Impotencia y frustración, la misma pregunta rondaba en su cabeza: “¿Cuándo recuperaré mis actividades?”.
Hoy, tres semanas de iniciar un programa de rehabilitación para pacientes post-covid, el catedrático asegura que puede subir escaleras, aunque termine sin aire al finalizar, pero es una luz en medio de la desesperanza que lo agobiaba.
“La rehabilitación a nivel mundial juega un papel importantísimo en la mejoría de los pacientes post-covid”, menciona Rocío De Janon, jefa del área de neumología del hospital Teodoro Maldonado.
El coronavirus provoca una respuesta inflamatoria intensa que puede generar fibrosis pulmonar, sobre todo en personas con factores de riesgo como hipertensión, obesidad, etc. Según un artículo publicado por Scientific & Education Medical Journal, el 70 % de los pacientes presentan secuelas a nivel cardiopulmonar o musculoesquelético por lo que debe ser atendido de inmediato, de no ser así, la recuperación a largo plazo disminuye.
De Janon encabeza un programa de rehabilitación para pacientes post-covid que se realiza en el hospital Teodoro Maldonado. Tras una evaluación médica, se los categoriza en tres niveles: grave, medio y leve. La médica señala que en el caso de Espinoza, quien pertenece al primero, la mejoría va en ascenso porque inició la terapia apenas dio negativo al virus.
Para los grupos de leve y moderado realizan bailoterapia, aeróbicos y charlas nutricionales. Por otra parte, los severos tienen una atención más personal en el gimnasio de fisioterapia del centro médico donde se les da un entrenamiento para recuperar su capacidad cardio-pulmonar en máquinas especiales.
“Realizan 122 sesiones de trabajo en 12 semanas. Vienen tres veces por semana, inicialmente estaban en una modalidad virtual ahora es híbrida combinada con presencial”, puntualiza la médica.
Al igual que Espinoza, Martha Marquéz, de 67 años, está en el programa de recuperación. Asegura que pese a que sus síntomas fueron leves, cuando daba unos cuantos pasos se quedaba sin respiración. Ella junto a unas 40 personas más desde las 9:30 hasta las 11:30 bailan en un parque. “Ahora puedo caminar varios metros sin ahogarme”, cuenta.
Además de acudir a sus clases de baile, en casa practica dos veces al día con el espirómetro, un artefacto médico que tiene una boquilla que al exhalar mueve tres pelotitas ubicadas en diferentes válvulas. Laura Calle, fisioterapeuta, detalla que la herramienta permite ampliar la capacidad pulmonar.
Sobre la evolución de los pacientes, Espinoza y Calle coinciden en que todo dependerá de la persistencia del paciente y cuánto pudo afectar el virus a su organismo. Sin embargo, recalcan la importancia de que las personas tanto en casa como en el programa acaten las recomendaciones médicas para retomen sus vidas sin afecciones.