En su hogar, ubicado en Sauces, al norte de Guayaquil, Walter León encuentra su momento de conexión espiritual. Frente a imágenes sagradas como el Señor de la Buena Esperanza, el Corazón de Jesús y la Virgen María, entre otras, dedica sus oraciones.

Cada mañana encomienda su día a Cristo, a quien considera su héroe, y a la Madre celestial, quienes son el centro de su vida. A través de sus redes sociales, este ingeniero civil realiza lo que él llama su “apostolado”, predicando con el objetivo de lograr la conversión y salvación de almas.

“Soy un músico católico. A través de mi música, expreso mi fe en Cristo y en la Virgen María, así como en las circunstancias de la vida. Sin embargo, mi mayor motivación es que las personas se enamoren de Cristo a través de mis canciones”, afirma León.

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En su blog ‘walterSion’, y en sus programas como el ‘Pregón semanal’ y los ‘Viernes románticos’, dedica frases y versos al Supremo, a Jesús y a la Virgen. Además, reflexiona sobre los evangelios y resalta valores cristianos.

Este devoto, nacido en Sígsig, provincia de Azuay, pero criado, educado y formó su familia en el Puerto Principal, recuerda que de joven solía asistir con su hermano a la iglesia de La Victoria, donde formaba parte de un grupo musical, lo que lo llevó a desarrollar su pasión por la música. “De ahí viene mi devoción por cantarle a Dios”, explica León, quien incluso grabó dos sencillos con una discográfica en 1980.

Aunque su carrera profesional, en la que fue fiscalizador de obras, ocupó la mayor parte de su tiempo, un evento lo llevó de vuelta a la música. “En el 2016, una de mis hijas (la segunda) desarrolló ansiedad generalizada y no encontrábamos una solución”.

Sin embargo, una mañana, en familia, rezaron el rosario a la Virgen. “A partir de esa experiencia comenzó la recuperación de mi hija”, señala León, describiendo el evento como un milagro.

En la iglesia Czestochowa convocaron a participar en una cantata mariana, en mayo, en honor a la Virgen y él presentó sus versos. Cantarle a la Virgen era la mejor forma de agradecer por el favor recibido. “Desde la sanación de mi hija, mi fe en la Virgen ha crecido enormemente”, dice.

Poco después enfrentó dos nuevos desafíos. En mayo de 2018, la empresa para la que trabajaba cerró, dejándolo desempleado. Y meses después, sufrió de sordera súbita en su oído izquierdo, agravando su ya existente deficiencia auditiva en el oído derecho debido a una infección previa.

El diagnóstico, hipoacusia, lo dejó al borde de la sordera. Eso lo inspiró a componer ‘Nada ni nadie’, como un grito de rebeldía contra el mal, demostrando que ninguna fuerza puede separarlo del Señor.

La enfermedad de su hija, los desafíos laborales y el deterioro de su salud representaron para León “un llamado especial de mi Señor Jesucristo”.

Incapacitado para trabajar, se dedicó a plasmar sus sentimientos de gratitud y a compartirlos en las redes sociales. “Soy un pecador que se ha atrevido a buscar la santidad, confiando en el amor de Jesucristo”, declara.

Basado en esa confianza, también busca su propia sanación. Por ello, en su blog, tiene un espacio llamado ‘Cronología para un milagro’, donde relata cómo intenta superar los obstáculos.

A pesar de sus dificultades, está completamente dedicado a predicar a través de las redes. “Que Dios me ilumine, pero no dejaré de predicar ni de dedicar mis canciones a Él”.

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