Un lobo tétrico, un Anonymous, un Diablo Huma, una cabeza de televisor retro y la tapa de un basurero tipo payaso. Estos extravagantes trajes son el sello distintivo del grupo ecuatoriano de hip hop Mugre Sur, que no pasa desapercibido en ningún escenario.

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El nombre de la agrupación resonó con fuerza en redes sociales este fin de semana, en el contexto de las fiestas de Quito 2024. ¿La razón? Una controversial protesta durante la primera noche del festival de música independiente Quitofest, el pasado 5 de diciembre.

En su presentación, el grupo utilizó una figura de cartón representando al presidente Daniel Noboa, a la que cubrieron con una funda negra y colgaron con cuerdas alrededor del cuello como parte de su acto.

“Hay que rebelarse contra este sistema que te sube la gasolina y te quita la luz todos los put… días. ¡Rebélate!”, exclamó el vocalista de Mugre Sur mientras la figura del mandatario se elevaba bajo una intensa lluvia nocturna que azotaba la capital.

El impactante gesto desató opiniones divididas en redes sociales. Algunos celebraron la protesta como una expresión de descontento social, mientras otros la condenaron por su naturaleza simbólicamente violenta.

¿Quiénes son Mugre Sur?

Según la revista Mundo Diners, Mugre Sur nació en el año 2000 con el objetivo de “hacer sentir sus voces” en los barrios, un grito de presencia y resistencia.

Integrado por Henry Moposita, Eduardo Vela, Mateo y DJ Aya Taki, el grupo eligió el nombre Mugre Sur para representar a los sectores más marginados de las ciudades, especialmente en el sur, donde aseguran que suelen concentrarse las comunidades excluidas.

Su música utiliza el rap como una herramienta de transformación social. Incorporan críticas sociopolíticas, experiencias personales, lengua ancestral quechua e incluso lenguaje de señas en un estilo cargado de cotidianeidad y protesta.

Mugre Sur no solo hace música, también busca ser un eco de las problemáticas que atraviesan las mayorías invisibilizadas, llevando a los escenarios una mezcla de arte, denuncia y resistencia. No obstante, lo polémico de la forma en que tratan de comunicar su mensaje, ha sido cuestionado por muchos, incluso, por el mismo Gobierno.

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