Entre las 05:00 del sábado y las 05:00 de este domingo 23 de febrero, la Zona 8, conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón, fue escenario de una alarmante ola de violencia. En distintos hechos delictivos, 17 personas fueron asesinadas en un lapso de 24 horas, reflejando la creciente inseguridad que afecta a esta región.

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El cantón Durán fue el distrito con el mayor número de crímenes, consolidándose como una de las zonas más peligrosas. De los 493 asesinatos registrados en la Zona 8 en lo que va del año, 113 han ocurrido en Durán.

Varios asesinatos en sectores de Durán

Uno de los hechos más impactantes tuvo lugar en la ciudadela Elsa Bucaram, donde sicarios ejecutaron un doble crimen. Dos ciudadanos fueron asesinados a tiros, entre ellos un adolescente de 17 años. Este suceso generó conmoción entre los habitantes.

Otro homicidio se registró en la cooperativa Ana María de Olmedo, también en Durán. Julio Rocafuerte, de 49 años, fue asesinado a balazos por individuos que llegaron en un automóvil negro. Los atacantes descargaron 14 disparos contra la víctima antes de huir del lugar. El crimen ocurrió aproximadamente a las 21:00.

Guayaquil tuvo un fin de semana violento

Por su parte, el distrito Nueva Prosperina, ubicado en el noroeste de Guayaquil, también fue escenario de varios actos violentos. Cerca de las 18:00 del sábado, un joven conductor de mototaxi fue asesinado en el sector de Paraíso de la Flor.

Una hora antes, en el bloque 7 de la misma zona, se encontró el cuerpo de un hombre tendido sobre la calzada. Aunque no presentaba signos vitales, llevaba un arma de fuego escondida en la pretina del pantalón. Nueva Prosperina es la segunda jurisdicción con mayor número de asesinatos en la Zona 8, registrando hasta la fecha 108 crímenes.

Otras jurisdicciones que también reportaron homicidios durante esta jornada violenta fueron Pascuales, Esteros, Portete y Samborondón.

La mañana de este domingo, familiares de varias de las víctimas se dirigieron al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses para realizar los trámites correspondientes y retirar los cuerpos de sus seres queridos. El ambiente en los exteriores de la morgue era de profundo dolor e impotencia, mientras los allegados exigían justicia y mayor seguridad ante la creciente ola de asesinatos.

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