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Las molestosas consecuencias de los cortes de luz para el comercio de Quito... ¡ya ni agua cae!
En zonas como Pisulí, noroccidente de Quito, les cortaron los dos servicios. Comerciantes están al borde de la quiebra
El feriado se les aguó a los capitalinos y justamente por falta de agua, pero también de electricidad. EXTRA hizo un recorrido por los sectores con mayores afectaciones y constató el drama que viven los moradores.
En Pisulí, noroccidente de Quito, la situación se ha complicado para todos sus pobladores, quienes deben lidiar con la falta de organización de las autoridades a la hora de cortar el líquido vital y la luz.
“Hoy (11 de octubre), por ejemplo, llegamos a abrir la rosticería y nos dimos cuenta de que no había agua y ni siquiera nos avisaron. Lo único certero era que sí se iría la luz, pero no siempre se respeta”, contó con enojo Josselyn Andrango, de 28 años.
Ella y su madre, Carmen Chamorro, de 53, atienden un asadero de pollos en la calle Pablo Esteban Yerovi de Pisulí. Las dos mujeres han sufrido desde que se anunció la crisis energética en el país. Y cuando no tienen agua, no les queda más que ir hasta barrios vecinos para llenar baldes.
Chamorro contó que antes de los problemas, ella vendía entre 10 y 12 pollos por día, pero ahora ni siquiera se llevan tres. Es tal la desesperación por la falta de ventas que Andrango se ha ingeniado algo para no frenar los asados.
Como no hay luz, la joven usa sus manos para hacer girar la banda que mueve las varillas donde se insertan los pollos para cocerlos en el carbón encendido.
Incertidumbre por cortes de luz y agua
Un drama similar al de esta madre e hija se vive frente al asadero, en la tienda de José Mafla, quien ha laborado en esa vía principal durante cinco años. Su negocio también depende en gran medida de ambos servicios básicos que, al igual que sus vecinos, no sabe en qué horarios serán suspendidos.
“Cuando se va la luz, el agua también se nos va. Así que estamos fregados por todo lado”, comentó este hombre mientras atendía a sus clientes a oscuras durante la mañana de ayer. El comerciante añadió que la incertidumbre en la que viven por los cortes es frustrante.
Le invitamos a leer: Cortes de agua en Quito: los extremos entre el desperdicio y la escasez
En el caso del agua, en Pisulí su ausencia puede durar hasta 12 horas. En cuanto a la luz, en cambio, hay intervalos que nunca se cumplen y eso ha generado que Mafla tenga cuantiosas pérdidas económicas. “Para abastecernos de agua, vamos a la casa de mis padres que viven en La Roldós”.
El comerciante explicó que esto lo podría dejar en la quiebra, ya que está endeudado. Para montar su tienda tuvo que hacer préstamos y debe cancelarlos. Además, a los proveedores de sus productos también debe pagarles. Sino, ¿Cómo se abastece?
El tráfico colapsa con el corte de luz
En otros puntos de la ciudad también se observaron inconvenientes, sobre todo por la falta de electricidad. El más frecuente es lidiar con los semáforos apagados en diferentes intersecciones, lo que genera caos, a pesar de que fue el primer día del largo feriado por el 9 de Octubre.
En las avenidas, por ser arterias más importantes, estaban los agentes metropolitanos de tránsito ayudando a descongestionarlas. Pero donde más reinaba la intolerancia de los choferes fue en las intersecciones más pequeñas, donde no estaban los uniformados.
💧 #AguaParaQuito | Aquí te contamos por qué la distribución de agua potable hacia tu hogar se ve afectada por los cortes de luz anunciados por el Gobierno Nacional.
— Epmaps - Agua de Quito (@aguadequito) October 9, 2024
Una vez que se restablece la luz, existe un proceso para poder enviar agua a todos los vecinos.
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Como en las calles Reina Victoria y Colón, norte de la ciudad, donde Pablo Aníbal Dueñas, de 60 años, trabaja ayudando a parquear carros en una panadería. Por la crisis energética, en ese punto los cortes de luz en los semáforos son constantes y este hombre debe ingeniárselas para fungir como agente de tránsito.
“Nunca se ha vivido una crisis así. No sabemos a qué hora se va la luz, así que cuando eso pasa, tengo que pararme en la esquina para ayudar en algo a los conductores, porque solo el pueblo salva al pueblo”, manifestó Dueñas mientras guiaba a los automovilistas para que no se chocaran.
Durante cuatro años ha laborado afuera de esa panadería. El hombre explicó que la falta de luz no solo lo perjudica en su puesto de trabajo, sino también en su casa. Él vive en Reino de Quito, sur de la ciudad, y eso ha impedido que sus cinco hijos puedan estudiar adecuadamente. “Tengo una hijita con discapacidad porque tiene fibrosis quística y la falta de luz ha hecho que no la atiendan en hospitales”, indicó este hombre que ejerce su labor de domingo a domingo, desde las cinco de la mañana hasta las cinco de la tarde.
El taxismo también sufre secuelas
Los apagones en los semáforos han causado que trabajos como el taxismo también sufran. Jorge Torres se ha dedicado a este oficio desde que tiene 26 años (ahora tiene 46) y el éxito de una buena jornada justamente radica en la fluidez en las calles. “Pero con los cortes de luz, circular por Quito se ha convertido en un infierno”.
Este taxista tiene que lidiar con los dos problemas más comunes durante cortes: la lentitud que tienen algunos agentes para dar paso y los conductores que circulan a la brava.
“Cuando la ciudad se caotiza, tomar un taxi no es solución para quienes desean ir rápido a sus destinos. Eso nos perjudica porque no podemos avanzar como se lo hacía de forma habitual antes de este problema”, reveló Torres, quien ahora opta por irse un poco más temprano a su casa, ante el bajón que ha tenido en las carreras de taxi.
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