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Matanza en Lago Agrio: Familiares se pusieron 'mosca' durante los entierros
Los sepelios se hicieron, en su mayoría, en el Cementerio Municipal. Familiares de las víctimas temían que algo malo pudiera ocurrir.
Los parientes de Juan Loor, uno de los ocho baleados el domingo pasado en Lago Agrio, Sucumbíos, miraban con recelo a desconocidos que llegaban al funeral. A las 10:00 de ayer, el féretro de este joven tiroteado en Los Chongos estaba en una calle del barrio San Valentín, listo para ser llevado al Cementerio Municipal.
En su mayoría, las víctimas asesinadas en cinco puntos de la ciudad amazónica fueron enterradas hasta la mañana de este miércoles. Y había la incertidumbre de que algo malo pudiera ocurrir. Por eso la desconfianza.
La madre del fallecido solo expresó que “algo como esto nunca lo había vivido”. Alrededor, la acompañaban seres queridos que ni siquiera dieron detalles de este muchacho, de 28 años, que murió junto a otros tres hombres.
Sin respuestas inmediatas
Un sacerdote llegó al velorio de Loor. Pidió a los parientes que se pusieran de pie para comenzar la misa. “Es muy duro saber que uno de los nuestros no está y más de la manera en la que ocurrió”, dijo el cura ante la mirada atenta de los deudos.
Mientras la ceremonia se realizaba allí, en otro punto de la ciudad, en la calle General Subía, la familia de Diego Rosillo ultimaba detalles para el entierro en el Cementerio Municipal.
Alba García, su madre, dijo que tenían previsto hacer una misa a las 14:00. Luego de una hora sería el traslado, confirmó con tristeza la mujer, que no ha recibido una respuesta concreta de lo que pudo haber ocasionado esta denominada por los familiares como “limpieza social”.
La Policía solamente informó, un día después de los hechos, que el caso entraba a una etapa de investigación previa.
Que llegue la justicia
En el barrio Puerto Ecuador, los parientes del profesor Joel Rodríguez, otra de las víctimas, estaban un poco más calmados luego de sepultarlo en un cementerio de una localidad llamada Carchi. El traslado se cumplió la tarde del martes, en presencia de familiares y amigos.
Ellos estuvieron más tranquilos durante las exequias porque aseguraron que el docente (que recibió dos tiros) murió por la ‘mala suerte’. Lo único que pidieron es que se haga justicia para que un caso como este no se repita en la capital de Sucumbíos.