A José se le jodió la ‘tuqueada’ que se propuso para los primeros meses de este 2025, pues no podrá ir al gimnasio por falta de transporte.

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Él, quien reside en Urdesa, norte de Guayaquil, tomaba alguno de los buses de la línea 54, una de las administradas por la sancionada cooperativa Río Amazonas, para llegar hasta el centro comercial de la avenida Francisco de Orellana donde se ubica el gimnasio que frecuentaba.

“Ahora me tocará caminar, que también me puede servir como calentamiento, o tomar taxi”, comenta. Y fue justamente la segunda opción (que no es la más barata) la que eligió para la mañana del miércoles 8, cuando recién se estaba enterando de la inhabilitación de la ruta.

“Llegué a la parada de buses y ya tenía al menos 20 minutos esperando el micro. A lo lejos escuché un comentario de que no iba a circular la 54 y me tocó pagar más, pero el gimnasio lo vale”, dijo entre risas.

Pero no todos tomaron la noticia con el mismo humor de José. A Miguel Estrella, quien había llegado a las instalaciones de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) a iniciar un trámite, le resulta peligroso tomar la alternativa que le proponen como remplazo de la 118: la línea 70.

“Ahora mismo yo voy a Mucho Lote 1, pero si tengo que ir más lejos me tocará recorrer las zonas más inseguras”, comentó preocupado.

¿Algún usuario desconocía de la inhabilitación?

Estrella intentó tomar aquella línea, que une el norte con el suroeste y luego el sur de la ciudad, desde la terminal terrestre. Es decir, hasta la parada de buses llegaron algunos ciudadanos que desconocían de la medida impuesta por el Municipio a la cooperativa Río Amazonas, por no cumplir con requisitos, según lo informado oficialmente.

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Otra joven, quien no quiso revelar su nombre, llegó hasta el andén A1, el mismo que Miguel, porque no tenía idea de la suspensión. Por ello, uno de los guardias de la terminal le comentó que podía buscar otra línea.

Pero no solo en ese sitio la ‘pípol’ se perdió. Según uno de los controladores de rutas (quienes toman el tiempo de cada recorrido de bus de transporte urbano), durante el martes 7 la mayoría de usuarios desconocían lo sucedido. No obstante, para el miércoles 8 “ya no se escuchó la pregunta”, mencionó.

Pero todos los usuarios que no conocían de la sanción coincidieron en algo: esperaron bus más de lo que tenían pensado.

A Nancy Palma, quien debía subirse a una 73 para llegar a su domicilio en la vía a Daule, le tocó esperar más tiempo un bus de la línea 4, a la que conocen como Pascualeña, porque era su única opción. 

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