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Familia se accidentó cuando retornaba de un festejo en Yaguachi ¡De la rumba a la tumba!
Conductor y una de las ocupantes, murieron. Otros tres están hospitalizados. La cumpleañera llegó a Guayaquil para asistir al velorio de su pariente.
El último festejo que Rosa Rosario Méndez Bravo, de 53 años, compartió con sus seres queridos fue en el cumpleaños de su concuñada July Pazmiño, celebrado durante la noche del sábado y madrugada de ayer, en el cantón Yaguachi.
De la casa de su pariente, a las 05:30, emprendió el viaje rumbo a su domicilio ubicado en las calles 29 y la D, en el suburbio de Guayaquil.
Estaba acompañada de sus dos hijos, Jennifer Beatriz y Ricardo Macías Méndez; y de su esposo Ramón Arístides Pazmiño Loor, todos a bordo del carro Chevrolet Sail rojo, que era conducido por su amigo Luis Alejandro Unapucha Almagro.
Sin embargo, cuando estaban a menos de dos kilómetros de cruzar el puente que une estos dos cantones guayasenses, el vehículo en que retornaban se incrustó contra la parte posterior del bus de transporte urbano y provocó la muerte de dos de sus ocupantes.
Las víctimas mortales fueron el conductor del auto y Rosa Rosario, quien viajaba en los asientos posteriores, sentada en medio de sus dos hijos.
El cabo Henry Paredes, de la Oficina de Investigación de Accidentes de Tránsitos (OIAT), manifestó que las cinco personas que viajaban en el liviano vehículo quedaron aprisionadas, por lo que fueron liberadas con ayuda de los socorristas del Cuerpo de Bomberos.
“El conductor y la señora fallecieron casi de forma instantánea. Mientras que las otras tres personas fueron sacadas del carro y llevadas a diferentes casas de salud. Fue un accidente fuerte, ya que el auto se incrustó en el bus. Viajaban con una velocidad superior a lo permitido en esa vía”, manifestó el agente de la OIAT.
Los cadáveres de la señora y del conductor fueron trasladados al Laboratorio de Criminalística para la autopsia. A este lugar llegaron los familiares de Rosa, entre ellos la cumpleañera, quien no podía creer que uno de sus parientes con quien bailó y disfrutó tres horas antes había perecido en un accidente.
“Les recomendé que se quedaran porque habían bebido y estaban trasnochados, pero Rosita insistió que quería regresar a su casa. Nunca imaginamos que iba a ocurrir una desgracia”, lamentó Pazmiño.