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En la cooperativa Janeth Toral 2, en Guayaquil, un grupo de maestras trabaja con jóvenes para llenar los vacíos académicos en alumnos.Christian Vásconez

Educación: En este año lectivo, hasta el más vago pasa de curso en Ecuador

La disposición de que ‘nadie se queda’ generó, en realidad, un menor aprendizaje en los estudiantes.

Un sistema educativo en el que prácticamente no hay alumnos que reprueban el curso ni abandonan sus estudios, es lo que muestran las estadísticas oficiales de los dos últimos años en Ecuador. Nadie se queda. Ni el más vago siquiera. Como sea, pero de que pasa de año, pasa.

Pero mientras esas cifras indican un éxito educativo, la realidad es que corresponden a los dos años de mayor retroceso general en cuanto al aprendizaje de los alumnos.

La principal causa de esta contradicción es la disposición de que ningún alumno debía reprobar, emitida primero por el Ministerio de Educación del régimen anterior y mantenida luego por el actual.

El resultado son las tasas más altas de promoción (lo que comúnmente se llama ‘pasar de año’) de la última década, así como las más bajas de deserción escolar, justo en los dos años de obligada virtualidad, con problemas de conectividad y con déficit de aprendizajes.

Para el exsubsecretario de Educación y actual rector de la unidad educativa particular Santiago Mayor, Juan Carlos Rodríguez, habría que al menos colocar asteriscos sobre los datos de esos dos últimos años y recordar el contexto: “Los datos de 2020 y 2021 no son comparables ni medibles con los de 2019 hacia atrás. Estamos hablando de realidades totalmente diferentes”.

María Eugenia Rodríguez, presidenta de la UNE en Guayaquil y directora de una unidad educativa pública, coincide en que las cifras no se corresponden con la realidad y que esto más bien puede confundir a la comunidad. A su criterio, aplicar la enseñanza virtual en un país sin suficiente conectividad ni recursos tecnológicos nos tenía que pasar factura.

En los dos últimos años se ha registrado la cifra más alta de deserción escolar: casi cien mil estudiantes salieron del sistema entre 2020 y 2021.

“Educación no adoptó políticas en favor del estudiante. Si hubiera facilitado Internet gratuito y un dispositivo por familia, seguramente el resultado sería diferente. No se trata de que el estudiante pierda o no pierda el año, sino de que no se viera tan afectada la calidad educativa”, afirma.

Rodríguez también anota que estos dos últimos años no tuvieron la exigencia ni la rigurosidad que hubo hasta 2019, y que más bien se desarrolló un currículo priorizado, con mínimos básicos de contenidos.

Acota que ahora el desafío del Ministerio de Educación y de los maestros es la nivelación y la readaptación de los alumnos al sistema. “Hay alumnos que han pasado dos años sin haber vuelto a la escuela”.

  • Organismos especializados como la Unesco y la Unicef, así como el propio Ministerio de Educación, señalan que la pandemia causó un retroceso de al menos siete años en el aprendizaje de los alumnos y un alto abandono del sistema, sobre todo entre los de planteles públicos. Aunque las cifras oficiales del país indiquen lo contrario.