María Tránsito Morocho mira desconsolada el lugar donde su esposo solía sentarse por las tardes para leer la Biblia.

En los próximos meses pretendían festejar los 50 años que permanecían juntos pero no se podrá porque asesinaron a don Manuel Peralvo, de 77 años.

El cuerpo del adulto mayor fue encontrado en fundas de basura y con cinta de embalaje, en una de las calles de San Antonio, al norte de la capital. El hallazgo lo hizo un vecino, quien alertó a la Policía en un chat comunitario.

El crimen sucedió el pasado 18 de septiembre, pero la familia de la víctima todavía no lo puede superar. Los hermanos Peralvo iban a celebrar las bodas de oro de sus padres con una fiesta. Tres de ellos están radicados en España y acordaron escoger la misma fecha para venir a Ecuador.

Sin embargo, no creyeron que se iban a reunir para despedirse del cuerpo de su padre que reposa en el cementerio de Salcedo, de donde era oriundo.

SU PAREJA INCONDICIONAL

María se acomoda los anteojos y recuerda con nostalgia los mejores momentos que vivió con Manuel. Solían ir de la mano al parque La Carolina para ver los partidos de ecuavolley. Él no jugaba, pero le gustaba apostar con sus amigos.

La pareja también viajó por dos ocasiones a Jerusalén. “Gastamos mucho dinero y volvimos quemados”, dijo la mujer, de 82 años.

Se conocieron en la Floresta. Una hija adoptiva de María los presentó. La niña vio a Manuel en una ocasión que fue a comprar gaseosa y, antes de que el hombre subiera a un bus, la pequeña lo jaló del pantalón y le dijo “¿Quieres ser mi padre? Porque todas las niñas de mi escuela tienen uno”.

Al día siguiente, la menor de edad le dijo a su madre que la acompañara y fueron a la misma parada. El resto es historia. Tuvieron tres hijos varones y adoptaron una niña más.

PRESAGIO MORTAL

El pasado 18 de septiembre, Manuel salió en su camioneta a realizar una carrera. María quería acompañarlo, pero el hombre se fue solo.

Por la tarde, al ver que no regresaba, la señora le dijo a su hija Mayra que avisara a la Policía porque presintió que había pasado algo. Sin embargo, la mujer no creyó que sería grave.

Ella alertó el hecho a las 04:00 del siguiente día. Toda la familia publicó la desaparición de Manuel en las redes sociales, con la esperanza de obtener alguna información.

Los agentes también investigaron por su parte y tenían un sospechoso, de 24 años, pero faltaban pruebas. El 23 de septiembre, un vecino alertó la presencia de un cadáver en San Antonio. La Policía revisó su identidad y era Manuel.

Cuando fueron donde el joven y le preguntaron del caso, este se puso nervioso y delató cómo había sucedido el hecho (ver infografía).

Según su versión, él le pidió una carrera al adulto mayor hasta Pomasqui, donde vive su madre. Luego le solicitó que lo ayudara a desarmar una cama y aprovechó el momento para matarlo. El cadáver lo tuvo por cuatro días en esa casa.

Al parecer, el hombre quería robar la camioneta para luego venderla y pagar sus deudas.