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Los deliverys y conductores no llegan ni al 40 % de lo que ganaban antes de los cortes de energía. Recurren a clientes fijos para sostener ganancias.
Cómo los apagones afectan a los conductores de taxis y repartidores en Ecuador
Con ganas de estrellar su teléfono contra el piso quedaron María José Valdez y Nicole Mosquera, dos jovencitas que intentaron solicitar una carrera en Uber de manera urgente, pero que no pudieron ni ingresar a la interfaz, por la señal caída de las operadoras de celular.
“El teléfono no tiene la culpa”, pensó Nicole, por lo que se calmó y prefirió buscar otras opciones para transportarse. Sin embargo, desde el otro lado del celular, los que reciben las carreras sí reniegan de esta situación. “Ya estamos a pérdida”, dijo Juan Carlos, un conductor de taxi ejecutivo.
Él labora desde hace tres años como taxista de una aplicación a la que se accede vía internet. Por lo tanto, cada vez que se corta el flujo de energía eléctrica en el sector donde se encuentra, su trabajo se hace el doble de difícil.
“No es que no haya ninguna carrera, pero entendámoslo de esta manera: yo estoy en un sector con energía y le acepto la carrera al cliente. Al acercarme a su zona, como no hay luz, la ubicación me rebota y me toma más tiempo llegar”, explicó.
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Esta demora, según Juan Carlos, incomoda a los clientes, pues no saben si la unidad de taxi llegará o no, ya que no tienen cómo comunicarse. Otros, en cambio, entienden que es un inconveniente que se les sale de las manos.
“Sí hay menos pedidos que de costumbre. Si al día, trabajando desde las seis y media de la mañana hasta las ocho de la noche, me hacía hasta 50 dólares, ya no cuento con ese ingreso. Ahora llego a 22 dólares y exagerando. A eso se debe descontar el alquiler del carro, la ganancia de la aplicación y la gasolina. Los que me han salvado han sido mis clientes fijos”, manifestó.
José Peñafiel, conductor de una cooperativa que administra las carreras mediante su propia aplicación y llamadas en WhatsApp, aseguró que a ellos también se les ha complicado el diálogo con las operadoras y con los clientes.
“Pero eso no es lo peor. A causa de estos cortes de luz, los semáforos se quedan apagados y corremos peligro. El viernes ya me chocaron por esa misma razón. El que venía detrás no se detuvo cuando debía y ahora debo asumir un gasto que no estaba presupuestado”, contó.
Los efectos de los cortes de luz en los domiciliarios
Asimismo se ha visto afectado, en la misma proporción, el negocio de los repartidores de insumos de primera necesidad, comida y medicinas que también trabajan con aplicaciones.
Steven Cobos, quien ‘camella’ en su moto para hacer unos dólares más en el negocio de delivery, reveló que sus ingresos han bajado hasta en un 50 %. “Es pérdida de tiempo y de recursos. Por eso prefiero quedarme en un restaurante que sí tenga generador, como los de comida rápida”.
Alejandro, colega de Steven, en cambio dice que los clientes sí hacen pedidos, pero que son los restaurantes los que se quedan sin energía y no reciben la notificación. “Se olvidan de cerrar la app y cuando llegamos al local, no hay nada listo porque no saben. Sucede, sobre todo, en Urdesa. Casi ninguno de ellos tiene generador”.
Tanto José, Juan Carlos, Steven como Alejandro saben por experiencia propia que sin comunicación no hay ventas, por lo que esperan que el servicio de telefonía se garantice aun sin energía.
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