El racionamiento de energía eléctrica que empezó este viernes en el país perturbó la cotidianidad de Sandra Bermeo y puso en riesgo la salud de su madre.

Desde hace varios meses, en su casa, ubicada al sur de Riobamba, provincia de Chimborazo, cuida a su progenitora de 80 años diagnosticada con fibrosis pulmonar.

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Como la adulta mayor necesita oxígeno para sobrevivir, con gran esfuerzo adquirió una máquina moderna que lo provee pero dicho equipo funciona con electricidad.

“Tuve que faltar a mi trabajo. La batería solo dura una hora. Tengo un tanque manual, pero abastece entre sesenta y noventa minutos. El tanque más grande cuesta 50 dólares el alquiler y 8 dólares la recarga. Si los cortes van a ser diarios, es un gran desembolso”, aseveró Sandra. Con los apagones, el generador a base de gasolina se le convirtió en una necesidad.

“La planta me asegura que no se corte el oxígeno durante las cuatro horas del corte”, añadió la hija de la paciente.

La demanda de generadores de todo tipo se comenzó a ver en la ciudad de Riobamba. De igual forma, aquellos que ya tenían un equipo buscan darle mantenimiento.

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