A Carolina Álava Sánchez la esperaban el viernes 5 de abril de 2024 en el gimnasio donde todas las mañanas entrenaba, pero no llegó. Sus compañeras, preocupadas por su ausencia, la llamaron a su celular, pero no recibieron respuesta. Ella no solía faltar y era puntual.

Fue a las 15:00 de ese día, cuando las amigas  se enteraron de que Carolina, de 42 años, no llegó porque estaba muerta en su casa, en el barrio 24 de Junio, en el cantón Quinindé, provincia de Esmeraldas.

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Su hija pensó que se había quedado dormida y por eso no había ido a entrenar. No la molestó y salió de casa. Cuando regresó, la joven se percató de que su mamá seguía en cama y en la misma posición, intentó despertarla, pero fue en vano.

Durante el levantamiento del cuerpo, la hija de la occisa dijo a los agentes que vio a su mamá despierta a eso de las 06:40 del viernes 5 de abril y estaba con ropa de gimnasio, pero pensó que había desistido de ir a entrenar para seguir durmiendo.

Carolina había quedado en pasar recogiendo, en su vehículo, a tres compañeras de entrenamiento, pero no lo hizo. Horas después, conocieron de su deceso. La policía investiga las circunstancias del hecho.

Según el informe forense, la mujer falleció por asfixia, posiblemente provocada por una almohada o algún objeto parecido. Una de las hipótesis que manejan las unidades investigativas es que antes de ser asfixiada, Carolina fue drogada o dormida con alguna sustancia; su cuerpo tenía señales de violencia, como si hubiera sido golpeada.

El principal sospechoso de su muerte es su exconviviente, quien estuvo con ella horas antes de que la encontraran sin vida. Las sospechas aumentan aún más luego de que, la misma tarde del viernes, el sujeto, cuya identidad no se ha dado a conocer, fue encontrado ahorcado en un árbol, en una zona montañosa de Maldonado, una parroquia rural del cantón Eloy Alfaro.

La policía presume que se trató de un suicidio. Sin embargo, otras versiones apuntan a que, posiblemente, el hombre fue ejecutado cuando intentaba huir a Colombia. Lo hallaron entre árboles.

Desde el movimiento feminista de Esmeraldas, se exige justicia para Carolina y para todas las víctimas de femicidio en el país. Martha Caicedo, activista del movimiento, declaró: “Este es un acto de violencia machista que nos indigna y nos duele como mujeres y como sociedad”.

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