Dos jóvenes fueron las últimas víctimas de un presunto secuestro extorsivo ocurrido en Huachi Grande, sur de Ambato.

Los malhechores pedían 500 dólares para liberarlas, pero como no tuvieron respuesta de los familiares las abandonaron en medio de la vegetación en la vía a Riobamba.

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Las mujeres contaron a los policías que se encontraron el el parque central la tarde del lunes 25. Antes de irse a casa primero decidieron pasar por una panadería y en esa caminata fueron interceptadas por dos sujetos que las intimidaron y obligaron a subir a una motocicleta.

Los sujetos avanzaron cuatro cuadras en las calles Alaska y Alabama donde las bajaron de la moto y embarcaron en un vehículo. En el trayecto empezaron a agredirlas de manera verbal y a amenazarlas que si no daban contactos familiares las iban a matar.

Las víctimas aseguran que, en esas horas, pensaron que iban a morir porque los familiares no respondían a las llamadas. También mencionaron que corrieron con suerte, porque los hombres al ver que no iban a obtener respuesta a la extorsión las abandonaron en la vía a Riobamba.

Después de varios minutos y con todo el miedo que los secuestradores regresen, corrieron para tratar de buscar ayuda y comunicarse con el 911.

Los delincuentes les robaron sus teléfonos y el poco dinero que tenían para comprar el pan.

Horas antes, cuatro integrantes de una misma familia también denunciaron ser víctima de secuestro en Huachi Grande.

Cuando llegaban a su casas en el sector de Los Laureles, los delincuentes que se movilizaban en dos vehículos los amenazaron con armas de fuego y dos se subieron al auto.

Los delincuentes primero abandonaron a una mujer y después a un integrante de 60 años quienes lograron pedir ayuda. Los familiares activaron el servicio de alarma del vehículo y eso asustó a los maleantes quienes abandonaron a los otros dos integrantes de la familia en otro sector de la ciudad.

Les robaron dinero, celulares y documentos personales. La Policía de la Subzona de Tungurahua está investigando si los sujetos son de una misma banda.

En Huachi Grande la comunidad está en alerta. “No vamos a permitir que nos quiten la calma”, expresó Carlos Rosado, comerciante de la parroquia.

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