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Opinión
Editorial: ¡Zombis y encadenados!
Familia es familia, dice, a ritmo de salsa, la reconocida canción del desaparecido Héctor Lavoe. Y por ellos se hace lo que sea. Incluso encadenar a un hijo o hasta construirle una cárcel en su propia casa para evitar que caiga en las garras de las drogas. Este ha sido el ejemplo que dio una mujer en Samborondón (Guayas) y que EXTRA dio a conocer en sus páginas en días pasados.
Es que el Estado ha sido ineficiente en sus programas para recuperar a personas con adicción. Y las acciones de algunos entes públicos, municipios en especial, se quedan cortas. De allí que aún sigamos viendo a personas drogadas como ‘zombis’ en las calles o a madres encadenando a sus hijos. ¡Y esto cada día es peor!
¿Hay buena asistencia para personas adictas?
“Solo la gente que tiene dinero puede ingresar a sus parientes en clínicas con buena atención. Los pobres no. Por eso hay madres que encadenan a sus hijos”.
“No hay muchas opciones en el Ministerio de Salud Pública, fundaciones, incluso ni particularmente. Por eso estos chicos tienen recaídas y no se rehabilitan”.