Con una abrumadora mayoría de votos la Asamblea Nacional resolvió pedir la destitución del Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, y así se dio un impulso para iniciar un juicio político en contra de este funcionario por “incumplimiento de funciones”.

La acusación tiene que ver con la presunta manera preferencial con que se inició en el país la vacunación contra la COVID-19 y que debió comenzar administrando dosis al personal de primera línea y a los asilados en centros geriátricos, pero en el que se habría favorecido a una clínica privada en la que fueron vacunados parientes del ministro.

Sin embargo, no es teste el único reclamo que en su gestión se le hace a Zevallos, habiéndose sumado ya cerca de siete casos en que ha incurrido en el campo de la salud pública. Entre estas fallas, que significa un alto riesgo para los pacientes de centros asistenciales, están la falta de vacunas básicas para menores de un año y la carencia de anestésicos y otros insumos médicos, lo que ha provocado el airado reclamo de la Federación Médica del Ecuador que también se suma al pedido de destitución. Asimismo se ha criticado la entrega de información errada e incompleta a la ciudadanía sobre el número de infectados con coronavirus.

El cambio de ministro en estos momentos críticos debe haber hecho reflexionar, antes de tomar una resolución, al presidente Lenín Moreno.