Para todo existe una solución; solo es necesario tener la voluntad de actuar. El caso del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no debe ser la excepción. En las últimas décadas, el empleo ha estado estancado, un síntoma que no solo frena el desarrollo de los hogares, sino que ha contribuido a la crisis actual del IESS. 

Mientras la población crece, la oferta de trabajo no se expande, resultando en el mismo número de aportantes. Revertir esta situación, aunque está fuera del alcance directo de las decisiones de las autoridades de la Seguridad Social, es crucial para salvar la entidad, cuyos números han sobrepasado las líneas rojas y ponen en riesgo el pago de futuras jubilaciones.

Si bien es responsabilidad del Gobierno implementar políticas laborales que fomenten la contratación de calidad, hay otras medidas que la administración actual debería tomar y aún no lo ha hecho. La solución no debería limitarse a aumentar la edad de jubilación o los montos de las contribuciones mensuales de los afiliados. 

Es fundamental abordar la corrupción, el mal manejo de los hospitales y los contratos de medicamentos con sobreprecio que saquean las arcas del IESS. Una vez saneada la institución, se deberían eliminar las burocracias innecesarias y reactivar o vender los bienes inmuebles que, en lugar de generar ingresos, representan una carga para la entidad.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete a EXTRA!