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Opinión
Editorial: No subestimen a los ciudadanos
Una incomprensible falta de sensibilidad hacia los ciudadanos ha prevalecido, al parecer, al priorizar el cálculo político por encima del sufrimiento de la gente
El pésimo manejo comunicacional de la tragedia de Valencia, que ha dejado más de dos centenares de muertos, es objeto de cuestionamiento en España. En situaciones de crisis, como la que se vive actualmente, saber cómo, dónde y cuándo dirigirse a los ciudadanos, elegir las palabras adecuadas y mantener el tono correcto son factores esenciales para una gestión efectiva, especialmente cuando se trata de una crisis energética.
A pesar de las distancias entre la crisis de inundaciones en España y la de apagones en Ecuador, el manejo comunicacional de ambas ha dejado mucho qué desear. Una incomprensible falta de sensibilidad hacia los ciudadanos ha prevalecido, al parecer, al priorizar el cálculo político por encima del sufrimiento de la gente. En nuestro caso, los constantes cortes de energía se han caracterizado por horarios inestables, el incumplimiento de promesas y por generar dudas sobre lo que el Gobierno ha ofrecido.
La comunicación oficial en esta crisis parece orientada a proteger, en la medida de lo posible, la imagen del presidente, quien además es candidato presidencial del movimiento oficialista. Sin embargo, aunque se intente adornar los comunicados, los ciudadanos son capaces de distinguir entre un mensaje sincero y uno que carece de veracidad. No subestimen la capacidad del ecuatoriano para hacer este discernimiento.