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Opinión

Editorial: A Quito le urge un botadero de basura

En 2003 el Municipio de Quito anunció que había encontrado la solución para el problema de la recolección y procesamiento de la basura y que esa fórmula duraría 20 años. En ese entonces, eso sonaba a mucho tiempo y la noticia fue muy bien recibida. Sin embargo, durante ese tiempo ninguna de las administraciones posteriores se preocupó por encontrar una alternativa para cuando se cumplieran los 20 años de solución que ofrecía lo que actualmente es el botadero ubicado en El Inga.

Ahora, dos décadas más tarde, el problema de la basura y de los lixiviados es un tema dramático. Si bien la última administración construyó un nuevo cubeto para la acumulación de los lixiviados, este ya no da abasto.

En la actualidad solo se procesa una parte de lo que se genera, quedando inmensas cantidades acumuladas durante varios años en que no se las trató. El tema es complicado para la nueva administración. ¿Dónde se construirá el nuevo botadero? ¿Se ampliará el actual espacio con expropiación de terrenos? Conociendo la resistencia social que existe en las comunidades para aceptar la presencia de botaderos de basura, la salida no parece fácil. La decisión, en todo caso, no puede esperar.