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Opinión

Editorial: Optimistas, pero realistas

Si algo hay que destacar de los ecuatorianos es su capacidad de lucha en la vida. El no dejarse vencer y mantener el optimismo hasta en las circunstancias más adversas. Una reciente encuesta realizada sobre cómo ven los ecuatorianos sus expectativas de cara al futuro, la gran mayoría, el 88 % de los consultados, se declaró “optimista de que 2023 será un mejor año” para ellos.

Sorprende la respuesta cargada de esperanzas en medio de un país afectado fuertemente por la criminalidad y las extorsiones, la falta de empleo, la economía diaria, las inundaciones y otros problemas ocasionados por la naturaleza, la delincuencia o por el descontrol estatal.

Y, pese a todo ello, no deja de asombrar que los ecuatorianos continúen siendo optimistas al máximo. Aunque son los propios consultados, con algo de pesar y volviendo la mirada a la realidad, los que luego terminan por admitir que poco o nada esperan para que sus bolsillos no luzcan escuálidos. El 80 % cree que la inflación (alza de precios) aumentará y solo un 2 % que bajará. Y sobre el desempleo, un 75 % considera que este aumentará.

Esto es Ecuador. Así es su gente. Sabe que las cosas no van bien, pero siempre tienen firmes deseos y esperanzas de que todo salga mejor de lo que parece. Y así la pelean cada día.