Borrón y cuenta nueva. Que los primeros días del año no sean la típica ‘corrida de caballo y parada de burro’. Como país, tenemos un enorme desafío, recuperar al Ecuador de paz que permitía disfrutar de sus ciudades sin temor a una bala perdida.

El cumplimiento de este objetivo no solo debe recaer en las principales autoridades -que bastante endeudados están con los ecuatorianos-, también en los ciudadanos, participando activamente con su voz, siendo veedores para ejercer vigilancia de sus derechos, contribuyendo en el seguimiento y fiscalización de la gestión pública. Pero también denunciando a quienes se infiltran en las comunidades para sembrar la violencia criminal.

Este es el momento de cambiar. La paz y seguridad no se la consigue de la boca para afuera, exijamos seguridad a los responsables, pero aportemos como ciudadanos transparentes y no solapando a los delincuentes.