El radar instalado en el cerro de Montecristi, provincia de Manabí, está operativo desde hace algunos días y permitirá detectar el tráfico aéreo no identificado, es decir naves de dudosa procedencia que por lo general están cargadas de estupefacientes. Pero este no será el único radar, en las próximas semanas también se instalará otro en el norte de la provincia manaba. Y de esta manera el gobierno reafirma la guerra declarada contra el narcotráfico.

La protección del espacio aéreo por parte de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas podría desatar la furia de las mafias internacionales que han utilizado durante mucho tiempo y con toda libertad el territorio ecuatoriano para su negocio ilícito de la droga. Podría estarse agitando el avispero y ola de violencia que venimos viviendo desde hace algún tiempo y hasta puede aumentar. Está demostrado que cárteles internacionales operan y lideran dentro de nuestro país, que la delincuencia organizada ecuatoriana le rinde cuentas y los radares serán una molestia para su rutina diaria de “trabajo”.

Y como en esta vida siempre pagan justos por pecadores seguirá derramándose sangre de gente inocente que estará en el momento y lugar equivocado, las calles seguirán siendo inseguras y la mejor opción será estar encerrado bajo llave para no pasar el susto de nuestra vida o tener la mala suerte de recibir una bala perdida. El presidente ya lo dijo, son años los que debemos esperar para recuperarnos del narcotráfico. Mientras tanto que el gobierno haga todo lo que está en sus manos para protegernos.