De la misma manera en que se volvió un hábito observar robos de todos los ‘colores y sabores’, también se ha vuelto una ‘canción repetida’ ver accidentes de tránsito por todas las calles y carreteras del país, donde la imprudencia y falta de criterio técnico vial son las causas más comunes en estas clases de siniestros. Las carreras que protagonizan los choferes de buses, poniendo en peligro la vida de los pasajeros, se han convertido en una especie de penitencia que pagamos los ciudadanos al subirnos a estas unidades.

Las escuelas de conducción son las encargadas de preparar técnicamente a los postulantes que están interesados en obtener la licencia para conducir, pero como en Ecuador somos la tierra de los ‘más sabidos’, se halló la manera de pasar por encima de este pequeño ‘gran requisito’. Servidores públicos se encargaron de obviar este paso a cambio de dinero.

La Agencia Nacional de Tránsito, que sabe más que nosotros sobre los verdaderos problemas que existen alrededor de este tema, anuló más de 35.000 licencias irregularmente obtenidas en todo el país.

Los ‘sapos’ que pagaron altas sumas para obtener estos documentos se quedaron sin ‘pan ni pedazo’, sin darse cuenta que preparándose por medio de estas escuelas de conducción y haciendo los exámenes de rigor, como manda la ley, les salía mucho más económico obtener la licencia. Tengamos más conciencia cuando estemos frente al volante y recordemos que un vehículo es como proyectil de guerra cuando está siendo mal empleado.