Adaptar la ley a conveniencia de quienes detentan el poder es una práctica heredada del pasado, que ahora se repite bajo el discurso de distanciarse de las viejas costumbres del Ecuador. La ley electoral, con el objetivo de evitar abusos, estableció la obligatoriedad de la licencia sin sueldo para las autoridades que busquen la reelección, de modo que no puedan usar su posición en beneficio de sus campañas. Sin embargo, actualmente se recurre a una interpretación selectiva de una sentencia de la Corte Constitucional para justificar que lo que claramente es reelección, no lo es.

¿Y el supuesto ‘juego limpio’ en las elecciones? Bueno, eso ya se verá. La ley es clarita, lo que hagan con ella es otro cuento. Si ahora se están tomando licencias para hacer y deshacer con la Constitución y las leyes, ¿qué podemos esperar más adelante? Así no se construye una institucionalidad sólida, más bien se la echa abajo. Así no se fortalece la democracia, así se la debilita. Y el silencio de las autoridades electorales y constitucionales tampoco ayuda en nada.

La Constitución y la ley están ahí para que las respetemos, nos guste o no. No se trata de si nos caen bien o mal, se trata de seguir las reglas que nos rigen como nación.