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Opinión

Editorial: Injusticia en tiempos de crisis

Los reclamos de los ciudadanos cada día van en aumento. ¿Qué está pasando? ¿No se dan cuenta que estamos en crisis?

No tienen corazón. En medio de una crisis energética que afecta a millones de ecuatorianos, resulta alarmante observar la falta de coherencia y empatía por parte de algunas entidades del Estado y del sistema financiero. Mientras la población se enfrenta a altos costos en las facturas de energía eléctrica, que parecen arbitrarios y desproporcionados, las instituciones bancarias continúan aplicando políticas inflexibles que agravan la situación de quienes han perdido sus empleos.

En los últimos días, los reclamos ciudadanos han ido en aumento. Muchas familias reciben planillas de energía que reflejan cobros elevados y sin justificación, en un contexto donde la mayoría lucha por sobrevivir. La inconsistencia en la facturación y la falta de explicaciones claras por parte de las empresas eléctricas generan un clima de incertidumbre y frustración. No se trata solo de números fríos en una hoja, sino de la capacidad de las familias para cubrir necesidades básicas como alimentos y vivienda.

Y en cuanto al sistema financiero, ¿cómo puede un ciudadano que ha perdido su empleo por esta crisis pagar sus deudas? Esta falta de consideración no solo es injusta; es un reflejo de una profunda desconexión con las realidades del pueblo. La crisis la pagamos todos, pero no se debe recargar el peso de la incompetencia de otros sobre los ciudadanos.