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Opinión
Editorial: Guayaquil, capital de los huecos
Huecos y más huecos. Triste y lamentable la cara de Guayaquil en esta temporada invernal: calles y avenidas repletas de baches, que en muchos casos, tras los aguaceros, se convierten en peligrosas lagunas en las que caen toda clase de vehículos. Los motociclistas son los más afectados por este descuido de las autoridades.
Es el problema de todos los años. Y aunque las excusas de las autoridades sean las mismas (que el asfalto es de mala calidad y el agua es el enemigo del pavimento), no han atinado a elaborar un plan para resolver este lío que termina afectando el bolsillo de los propietarios de los automotores, ya que ellos deben asumir los gastos por los daños de alineación, suspensión, desperfectos en las llantas, entre otros dolores de cabeza.
Las cuadrillas de trabajo del Municipio deberían estar ya en las calles para atender, en medio de la temporada invernal, las zonas afectadas y evitar que los cráteres se agranden y el Puerto Principal no se asemeje a la Luna.
El pueblo, que es el más jodido en estos casos, bien puede pasarle la factura al Cabildo por los daños de sus vehículos, pero por lo engorroso que resulta el proceso termina siendo complejo ganarle a la autoridad.