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Opinión

Editorial: No más golpes a los negocios

Restarles oportunidades a los criminales está bien. Pero cuando estas decisiones afectan a todos, ahí no está tan bien. El toque de queda, en las estadísticas, puede ser (o al menos así lo asegura el Gobierno) una medida con resultados positivos para la reducción de las muertes violentas. Sin embargo, el análisis de su impacto debe ser medido en todo un amplio contexto.

Los negocios nocturnos, bares, discotecas, restaurantes, cines, centros comerciales, entregas a domicilio y otros eslabones de la economía sintieron particularmente el golpe de un encierro temprano y obligado de las personas en sus casas. No se trata de sopesar la vida de seres humanos frente al beneficio económico de otros, sino de tomar las mejores y más oportunas decisiones sin desviar el objetivo y sin que estas afecten, o al menos que el impacto sea imperceptible para el resto de las personas.

La clase media trabajadora que sostiene en gran parte la economía de este país no puede seguir pagando los platos rotos. Un toque de queda más puede ser devastador para los pequeños negocios y emprendimientos. Es tarea del Gobierno brindar seguridad contra la delincuencia, sin que en ese cometido se afecte a terceros inocentes.