La inseguridad es el factor que más pesa a la hora de decidir a dónde viajar por un feriado. En el más reciente, el turismo se vio afectado principalmente por el temor de los ecuatorianos a trasladarse a ciertos puntos del país en los que se registran hechos violentos, como Esmeraldas. Paradójicamente, el toque de queda decretado por el Gobierno para combatir a la delincuencia, al dictaminar una hora temprana de cierre para los establecimientos nocturnos, también produjo pérdidas en la provincia de Santa Elena.

El sector turístico, que aún no supera los efectos negativos de la pandemia, necesita contar con un plan estatal de reactivación e incentivos que le permita capear la problemática de la inseguridad. No podemos seguir metiéndonos goles en contra.