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Opinión

Editorial: Que la fatalidad no se repita

Un expresidente es recordado por firmar la paz con Perú y por la dolarización. Otro, por quitarle los dientes a la Ley de Comunicación y eliminar la reelección indefinida con la que el prófugo de la justicia quería perpetuarse en el poder. Ahora, el actual presidente será recordado por ser el primero en disolver una Asamblea tan pobre de criterio como de ideas. Y para muestra un ejemplo:si se admitiese como válido el argumento de una de las interpelantes en contra del presidente se debería entonces enjuiciar y volver a meter preso a quien fue designado como responsable de los sectores estratégicos durante la recta final del correísmo; pero como sus argumentos se ajustan y se aplican dependiendo de hacia dónde apunten, ahí no dicen nada.

Hay que romper la nuez de la corrupción. Esta organización política, que seguramente intentará de nuevo llegar a la Presidencia, debería plantearse un seminario sobre el tema y explicar cómo es que muchos de sus miembros gozan de fortunas que no se compadecen con lo que pagan de impuesto a la renta.

Se acabó el tiempo de botar a presidentes declarándolos ‘locos’ o porque simplemente les dio la gana a unos cuantos iluminados. En los ciudadanos vuelve a recaer el peso de la decisión. Repetir los errores puede hundir más al Ecuador en el lodo. Que la fatalidad no se repita.