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Opinión

Editorial: El poder del encebollado

Es justo y merecido el reconocimiento del encebollado guayaquileño como patrimonio cultural inmaterial de Ecuador

Es justo y merecido el reconocimiento del encebollado guayaquileño como patrimonio cultural inmaterial de Ecuador. Este popular plato no solo es conocido por los fiesteros como un efectivo ‘levanta muertos’, sino que también posee un profundo significado en la identidad de Guayaquil. Su importancia social se manifiesta en la manera en que se comparte en toda clase de eventos y reuniones, fortaleciendo los lazos comunitarios y manteniendo vivas las tradiciones culinarias locales.

Tradicionalmente, disfrutado en las mañanas como un recargador de energías gracias a sus nutritivos ingredientes como el pescado y la yuca, el encebollado ha trascendido los horarios convencionales. En los últimos años, ha ganado popularidad en locales de comida nocturnos, convirtiéndose en una deliciosa opción para cerrar el día con ‘barriga llena y corazón contento’.

Este reconocimiento ofrece una oportunidad invaluable para fomentar el turismo cultural y gastronómico. Al elevar el encebollado a la categoría de patrimonio cultural, se abre un camino para que visitantes y locales exploren más a fondo la rica tradición culinaria de Guayaquil. Además, se impulsa el interés en la preservación de las recetas tradicionales y en el apoyo a los comerciantes que mantienen viva esta tradición.