Es urgente cambiar la manera de elegir a los representantes de los trabajadores y empleadores en el IESS, porque los que han estado ahí, incluidos los actuales, se han hecho de la vista gorda ante todo el relajo y la corrupción que carcomen a la institución. Es una vergüenza; deberían ser enjuiciados por omisión.

Las cámaras de la producción, los sindicatos, y hasta el mismo gobierno deberían dar un paso al costado y dejar de elegir a quienes integran el Consejo Directivo. La experiencia ha demostrado que han ‘metido la pata’ eligiendo delegados que no han hecho su trabajo. Si lo hubieran hecho, el IESS no estaría al borde de la quiebra. Los afiliados y jubilados ya están hartos y exigen respuestas inmediatas, además de acciones que terminen con las mafias y la red de corrupción que han convertido al Instituto en una cueva de ladrones e ineficientes.

Que el número de afiliados no haya aumentado en cinco años no solo demuestra lo ineficiente que es el sistema, sino la desidia de los administradores, que han pensado más en llenar sus bolsillos que en atender a los afiliados y jubilados. Los legisladores actuales y pasados, junto con los gobiernos de turno, tienen gran parte de la culpa de lo que está pasando. Fueron ellos los que permitieron el cambio de los porcentajes de los fondos para repartir la plata en prestadores externos.

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