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Opinión
Editorial: Desterrar el miedo
¿En qué momento los ecuatorianos llegaron a sentir tanto miedo? Miedo de estar en la calle o de ir a un restaurante y ser asaltados, pavor de estar en un balneario o en un hospital y ser víctimas de un fuego cruzado. Pero no podemos seguir permitiendo que la inseguridad y el temor nos sigan gobernando, afectando nuestra actividad diaria, nuestros negocios y, en definitiva, a la economía.
El Gobierno debe triplicar esfuerzos y anticiparse a las estrategias que siguen narcodelincuentes, que ahora mismo buscan consolidar su poder en varias provincias. Evitar que Ecuador siga el mismo tránsito que tuvo Colombia frente a la guerrilla, una consecuencia de la incapacidad de sus autoridades de dar protección a sus ciudadanos. Para cambiar esta realidad se requiere acción de todos los frentes, y esta debe empezar por los propios ecuatorianos que deben exigir a sus funcionarios mayor acción y rendición de cuentas.
Del actual régimen se sigue esperando un planteamiento técnico, sobre la participación que podría tener las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia. No importa el origen ni el año en que haya surgido este problema, hay que empezar a combatirlo con estrategia, porque la ciudadanía se hostiga y ya hemos visto cuáles son las consecuencias, la de irrespetar leyes y empezar a ejercer justicia por mano propia.