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Opinión

Editorial: La agonía de los restaurantes

La recuperación de este sector es un pilar fundamental para la economía. ¿Hay incentivos fiscales o programas de apoyo financiero?

El sector gastronómico, o de la ‘jama’, está en terapia intensiva. Desde la pandemia, los propietarios de estos comercios han hecho malabares para sostener sus fuentes de trabajo, golpeados constantemente por encierros debido a la Covid-19, toques de queda por el crecimiento de la violencia criminal, extorsiones, crisis económica y, más recientemente, cortes energéticos.

En estos difíciles cuatro años, este segmento ha sido uno de los más afectados por las medidas tomadas por los gobiernos de turno para salir de las situaciones agobiantes que ha enfrentado la población. Sin embargo, en todo ese tiempo no han existido propuestas efectivas para mitigar los impactos de dichas decisiones.

¿Cuál es la ayuda que puede ofrecer el Gobierno a un microempresario que, con esfuerzo, invierte el dinero de su liquidación o el proveniente de un préstamo para abrir un negocio gastronómico, pero que, en cuestión de pocos meses, debe despedir trabajadores o, lo que es peor, cerrar definitivamente por la inseguridad o la falta de clientes que se esfuman debido a los apagones o estados de excepción? Tomar decisiones para el beneficio del país no significa que se deba sacrificar a otros sectores.

La recuperación de este sector es un pilar fundamental para la economía. ¿Hay incentivos fiscales o programas de apoyo financiero?