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Opinión
Editorial: Altas esferas en indefensión
La caída de un alto mando militar a manos del crimen organizado expone la vulnerabilidad del Estado y el avance del terror en el país
¿Qué puede esperar la población civil si un alto mando de las Fuerzas Armadas, encargado de liderar la lucha contra organizaciones criminales, cae desprotegido a manos de estos delincuentes? Este hecho pone en evidencia la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de sus propios servidores públicos, pero también el siguiente nivel de terror a los que buscan someter al país: no importa lo importante que seas, si estás en la mira de los criminales.
El insistente llamado al Gobierno, desde todos los sectores, para estructurar un plan más integral, lejos de los estados de excepción que poco han ayudado a frenar la violencia, es más que urgente. Se deben tomar medidas más eficaces y profundas para restaurar el orden y la seguridad. La violencia ha dejado de ser un problema aislado; es una amenaza estructural que requiere una respuesta coherente, coordinada y con verdadera voluntad política para erradicar la impunidad y devolver la tranquilidad a la población.